La polémica no abandona a Vox en la Comunidad Valenciana. A localidades como Gandía o Alzira, donde gente del partido estaría llevando a cabo malas praxis como han denunciado a ElPlural.com antiguas voces de la formación, se le suma ahora un nuevo fantasma de corrupción y caciquismo en Tavernes de la Valldigna, la tercera población con más habitantes de un total de 31 pueblos que conforman la comarca de La Safor. Por un lado, presunta corrupción. Por otro, unas listas para concurrir a las próximas elecciones autonómicas y municipales con personas escogidas a dedo.

Quien denuncia la operación es Francisco Javier Gimeno, antiguo vicecoordinador local del partido durante tres años, quien, tras anunciar su dimisión al no estar dispuesto a retractarse de sus quejas, quiere aportar luz frente a la extorsión de la que ha sido víctima.

El exdirigente, tal y como explica en exclusiva a ElPlural.com, denunció ante las autoridades pertinentes que un compañero de partido había hecho negocio vendiendo material no oficial -algo terminantemente prohibido-. Concretamente, Javier Gimeno es conocedor de lo sucedido porque él mismo adelantó el dinero a través de una de sus empresas para la compra de este merchandising, tal y como corroboran los extractos bancarios a los que ha tenido acceso este medio. “Yo estaba recién llegado y no sabía lo que hacía, ni que estaba prohibido. A mí se me devolvió el dinero que había gastado en esta compra”, explica. ¿Y el beneficio de esta venta? Es aquí donde entra en juego el promotor de esta jugada, un compañero “con problemas económicos” a quien Gimeno prefiere guardar en el anonimato.

“La sede de Vox no llegó a ver nada de dinero”, expone, alegando además que las reuniones entre compañeros dejaron de producirse ya que el implicado en esta compra-venta sabía que tendría que rendir cuentas. “Lejos de pedir perdón, echó la culpa a los afiliados”, remacha la fuente consultada, que, una vez implantado en la estructura municipal, y cuando vio que algo no estaba realizándose acorde a la ley, decidió destripar este caso y denunciar lo sucedido.

El envío de escritos a los coordinadores de zona fue una constante. Tanto que su denuncia acabó llegando a los despachos de Madrid, donde, atendiendo sus demandas, decidieron pedir explicaciones a su estructura autonómica en la Comunidad Valenciana. La respuesta, lejos de investigar lo sucedido, tal y como narra Javier Gimeno, fue que desde Vox Valencia empezaron a reclamarle que se retractase y dejase el tema.

Amenazas y coacciones: “La mierda se puede esconder, pero sigue estando”

“He sido amenazado por no quererme retractar del escrito enviado por el coordinador de zona a Madrid, acusándome de embustero y amenazándome con llevarme a los tribunales si no me retractaba del escrito. Lo que nunca pensé, es ser tratado de esa manera por cargos orgánicos de Valencia, que se supone han de defender los intereses del partido caiga quien caiga”, expone en uno de los varios escritos remitidos a los que ha tenido acceso ElPlural.com.

En el mismo, se apunta que “la consecuencia de mi lealtad fue premiada con la intervención de Tavernes a no hacer nada hasta nueva orden y siendo intervenida desde Valencia por las mismas personas”. De este modo lamenta no solo la inacción por parte de sus superiores, sino que él y su equipo quedaran maniatados en la localidad durante más de un año pese a haber presentado la documentación pertinente.

No fueron los únicos intentos que se llevaron a cabo. Así las cosas, por ejemplo en otro documento a fecha de febrero de 2023 pone de manifiesto su “sorpresa” al ser preguntado por la cuestión de la apropiación indebida, cuando se le pidió que se retractara del escrito “alegando un enfado o cualquier otra cosa para zanjar el tema por lo que entiendo en Madrid”: “Como entenderán me negué rotundamente incluso llegando a mostrar mi enfado después de escuchar la amenazas de llevarme ante los tribunales si no me retractaba y tachándome de mentiroso (…) Todo esto ha llevado a que Tavernes de la Valldigna sea intervenida sin dejar que el grupo Tavernes trabajara en dar a conocer a Vox en la población”. “La mierda se puede esconder, pero sigue estando ahí”, lamenta en otras declaraciones a este medio, alejado ya de la vida política.

Lista polémica

Al margen del asunto de la apropiación indebida, las amenazas y el bullying, el ex vicecoordinador se refiere al caciquismo de las listas, en la cuales va de número uno José Iván Magraner, cuyo padre va de número 7, es promotor inmobiliario y tendría, según fuentes cercanas, “conflictos con el Ayuntamiento por temas urbanísticos”.

Las mismas fuentes hablan de “prisas” por cerrar unas listas hechas a base de “enchufismo” y rodeadas de polémicas. Entre las personas señaladas por lo primero se encuentran Juan José Palomares, amigo del padre de Magraner, y la mujer del número 1, Lydia Borrás San Miguel (número 5). De la familia también va en listas el hermano del alcaldable, Rubén Magraner.

Entre los nombramientos polémicos destacan el número 10, Ferrán Frasquet González, quien “todo el pueblo sabe” que estuvo preso en una cárcel de Marruecos por presunto tráfico de drogas que él asume de engaño; o el número 13, Francisco Manuel Gonzalo Lozano, que tenía una orden de alejamiento de la mujer y la hija por supuesta violencia de género. Aparte de ellos, personas cercanas a la formación ultraderechista apuntan que la mayoría de los nombres que completan la candidatura no tienen nada que ver con la localidad o el partido. De hecho, subrayan que a muchos ni les conocen. “Esto ya es la gota que colma el vaso”, apuntan a la vez que tachan la situación en la provincia de “casa de putas”.