El PP insiste en centrar sus críticas sobre la “financiación singular” -así la califica el Gobierno de España- para Cataluña, pero obvia no solo que Alberto Núñez Feijóo la defendió hace unos años, sino que el propio partido llevaba esta medida en su programa electoral para la comunidad catalana en 2012.
Aquel año, y en un documento que tenía como “prioridad salir de la crisis económica”, los populares se comprometían a trabajar para “conseguir un nuevo sistema de financiación singular para Cataluña, que responsa al objetivo de resolver el problema sistemático de insuficiencia financiera de la Generalitat para atender a sus competencias”.
Para materializarlo, el partido liderado ahora a nivel nacional por Alberto Núñez Feijóo planteaba un “incremento de los impuestos cedidos y de la participación en la cesta de impuestos, en el marco de un modelo propio con capacidad normativa, dentro del régimen común de la LOFCA”. “Este modelo permitirá, mediante el establecimiento de fórmulas de colaboración entre la Agencia Tributaria de Cataluña y la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, la gestión, recaudación, liquidación e inspección de la totalidad de los impuestos propios, cedidos y transferidos”.
En el punto siguiente, el PP aseguraba que “el nuevo modelo de financiación respeta el principio de ordinalidad, el cual garantiza el mantenimiento de la posición catalana respecto a su propia renta per cápita, para que no se altere la posición catalana respecto del resto de comunidades autónomas después de aplicar el mecanismo de nivelación; y el principio de solidaridad, entendiendo que éste ha de ser finalista, para no perjudicar la capacidad de crecer y de competir de la economía catalana”.
El responsable gallego defendió en 2016 que el “concierto catalán tiene razón”
Cuatro años después, el propio Feijóo -entonces como presidente de la Xunta de Galicia- se pronunció también de manera muy clara respecto de una cuestión en la que ahora la formación conservadora basa sus ataques contra el principal partido de Gobierno.
En ese momento, el responsable del principal partido de la oposición cuando aún no lo era explicó ante los empresarios que no conocía a ninguna comunidad que no dijera que Madrid no le da lo que corresponde. En consecuencia, apuntaba: “No digo yo que el concierto catalán no tiene razón en cuanto a la demanda, porque es verdad que lo tiene Euskadi y lo tiene Navarra (…) También es cierto que en la discusión constituyente se llegó al acuerdo de que Cataluña no tuviese concierto. Ahora bien, es verdad que estas cosas se pueden cambiar y se pueden plantear y se pueden discutir, ¿no?”.
Estas cosas se pueden cambiar y se pueden plantear
“¿Qué es lo que se mide y lo que no se mide y lo que se pondera y lo que no se pondera? De la misma forma que los ciudadanos de Barcelona pueden pedir un concierto dentro de Cataluña… porque me imagino que hay unas rentas de Cataluña inferiores que digan: ‘¿Por qué Barcelona tiene que financiar otras partes de Cataluña?’. El localismo al máximo. Hay algún alcalde en Galicia que dice que su ciudad siempre tiene menos que las demás. Si usted coge el periódico, sabrá a quién se refiere”, acentuaba.
“Insolidaridad fiscal” de Madrid
El PP volvía a salir esta semana con todo contra la medida fiscal de Cataluña. La portavoz del partido en el Congreso, Cuca Gamarra; la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; su homólogo en la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla… cargaban contra Pedro Sánchez por “utilizar las instituciones” para romper con las autonomías entre proclamas de “deslealtad” o “robo”.
Por su parte, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, comparecía este miércoles en el Senado a petición de los populares para dar cuenta de la medida y explicar a los grupos le pacto suscrito entre los socialistas catalanes y los republicanos.
Basándose en el Estatuto de Autonomía catalán, la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y validado por el Tribunal Constitucional (TC), Montero defendía el “desarrollo del autogobierno” y destacado la “aportación de solidaridad” que contempla el acuerdo firmado.
Por el contrario, enfrentó la situación de Madrid, asentada en la “insolidaridad”, el “populismo fiscal” y la “deslealtad institucional” que pretende “entrar en una carrera fiscal a la baja y pedir más dinero al Gobierno de España porque no llega con la recaudación”. “(Ayuso y otras autonomías gobernadas por el PP) utilizan Cataluña como simple y llanamente elementos de confrontación para rascar algunos votos en el resto de territorios”, apuntalaba.
Ayuso destina “tres de cada diez euros” a “hacer regalos fiscales a los ricos”
Después, durante su comparecencia para presentar el nuevo curso político, el presidente del Gobierno enfocó la acción del Ejecutivo para la presente temporada en un paquete de acciones para reducir la desigualdad, con más impuestos para los que más tienen que Moncloa destinará a reforzar los servicios públicos. “Más autobuses públicos y por tanto más transporte público y menos Lamborghinis”, dijo en referencia al coche de lujo del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador.
De hecho, Sánchez habló directamente de la presidenta de la Comunidad de Madrid apelando, precisamente, a las transferencias de recursos públicos a manos privadas o la bajada de impuestos: "De cada 10 euros que el Gobierno ha dado la Comunidad de Madrid para mejorar la vida de los madrileños, de la clase media, de la mayoría social, el gobierno autonómico ha usado tres para hacer regalos fiscales a los más ricos", refrendó el también secretario general de los socialistas.