El sindicato CCOO pone contra las cuerdas a Vox tras su petición de reabrir la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, tirando de datos, como ya hicieron los portavoces de la oposición en el último debate en las Cortes.

Frente a las manifestaciones de los ultras en la sesión plenaria, que CCOO califica de “bulos sin ningún tipo de argumentos”, intentando justificar su Plan de Soberanía Energética bajo la premisa de que España y Castilla y León dependen de otros países para abastecerse de energía a causa de los cierres de térmicas y nucleares, el sindicato recuerda a Vox que Castilla y León consume el 4,92% del total de la energía producida en el estado español y produce el 10% de la energía del Estado.

De hecho, en Castilla y León se genera el 27% de la hidráulica estatal, el 21% de la eólica estatal y el 7,03% de la fotovoltaica estatal. La Comunidad podría abastecerse únicamente de lo que produce en eólico, señalan, puesto que en 2021 se generaron con esta energía 13.579.194 Mw/h en Castilla y león y se consumieron 11.910.103 Mw/h.

“Frente a las ventajas de las energías alternativas, la energía nuclear no es limpia, ni barata, ni infinita, ni segura. No es limpia porque genera residuos de alta actividad con miles de años de peligrosidad. No podemos dejar esa responsabilidad a las generaciones futuras”, señalan.

Tampoco es barata, porque la extracción del uranio, el enriquecimiento, la construcción de la central, el mantenimiento y condiciones de seguridad, el desmantelamiento de la central, la gestión durante años de los residuos en un espacio controlado y vigilado, se basa en un combustible que no es renovable, el uranio, cuyo precio irá subiendo según nos acerquemos a su pico de producción y consumo, que se calcula que sea en menos de 30 años.

Para CCOO, es más práctico buscar alternativas a la nuclear que basar la transición energética en una energía que nace ya con los días contados. Es una energía que utiliza un combustible que no es renovable y su extracción, enriquecimiento, y custodia durante años de actividad de los residuos no es sostenible.

Un reactor en mal estado

El sindicato alude a los problemas de Francia con la nuclear, en concreto con los reactores parados: problemas de corrosión y en la refrigeración de los reactores en la ola de el calor.

La extrema derecha, afirman, conoce perfectamente la situación actual de Garoña. Como ya ha reconocido Nuclenor, la empresa titular de la central nuclear, supone una inversión que no se va a acometer debido al mal estado del reactor por los problemas conocidos de corrosión que tenía la central en 2012 cuando dejó de funcionar.

El valle de Tobalina y la zona de influencia de la central nuclear tiene la oportunidad de diversificar su actividad y desarrollar el convenio de transición justa ya iniciado.

El desmantelamiento de Garoña está en marcha, concluyen, y la reactivación económica de la comarca también. “Castilla y León no puede estar siempre mirando al pasado ni quedarse anclada en el pasado. La comunidad tiene que mirar el futuro y el futuro no pasa precisamente por reabrir centrales nucleares”.