Las autoridades de la Generalitat de Catalunya han solicitado oficialmente el apoyo de la UME para contener un brote de peste porcina africana (PPA) detectado en la sierra de Collserola, en Barcelona, en lo que supone el primer foco confirmado en España desde 1994. 

Según ha informado el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, la petición responde al hallazgo de múltiples cadáveres de jabalíes en la zona de Cerdanyola del Vallès, cercana al campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Hasta ahora, se han localizado al menos 14 jabalíes muertos —seis con infección confirmada y ocho en espera de análisis— en el entorno de Collserola. Las 39 granjas porcinas situadas en el radio de vigilancia han sido analizadas en menos de 48 horas y —según Ordeig— arrojan resultados negativos, por lo que por el momento la PPA afecta exclusivamente a fauna silvestre.

El virus de la PPA no supone un riesgo para la salud humana, pero su alta contagiosidad entre cerdos y jabalíes ha activado el nivel máximo de alerta en el sector ganadero catalán y español.

El Govern ha establecido un perímetro restringido de seis kilómetros alrededor del foco detectado y un área de vigilancia ampliada de 20 kilómetros. En esa zona se han suspendido actividades como la caza, el turismo rural y otras actividades al aire libre, y se ha cerrado el acceso al parque de Collserola. 

Hasta ahora ya trabajan sobre el terreno más de 250 agentes: efectivos de patrullaje rural, policías autonómicos y locales y fuerzas de seguridad especializadas. A ellos se sumará a partir de este lunes la UME, que aportará su unidad especializada en control cinegético. Su labor consistirá en rastrear el terreno, capturar jabalíes potencialmente infectados —tanto de día como de noche— y evitar su dispersión fuera del perímetro. 

Ordeig ha advertido que habrá “tolerancia cero” para quienes incumplan las restricciones de acceso o pongan en riesgo las operaciones de control. También ha insistido en la necesidad de que la ciudadanía colabore denunciando cadáveres y evitando transitar por zonas afectadas.

El brote pone en jaque uno de los pilares del sector agroalimentario en Cataluña y España. Si la peste llegara a propagarse a explotaciones ganaderas, las consecuencias económicas podrían ser graves. El conseller Ordeig ha descrito la situación como una “alerta sanitaria grave” cuyo desenlace depende en gran medida de cómo evolucionen las próximas horas.

Además, la aparición de la PPA de nuevo en España —tras más de tres décadas libre de casos— ha generado preocupación entre socios comerciales internacionales del sector porcino español. En plena incertidumbre, las autoridades han convocado para este lunes una reunión entre representantes del Gobierno central, la Generalitat y el sector productor para coordinar medidas y evaluar el impacto futuro.

El reto de contener la fauna salvaje

El origen del brote todavía se investiga. Entre las hipótesis se barajan la introducción del virus por restos orgánicos contaminados, posiblemente arrojados al entorno natural, o su llegada a través de medios de transporte. Ordeig ha advertido que “no hay certezas”, pero recordó que la densidad de jabalíes en Collserola ya era notable, lo cual favorece la propagación de enfermedades en fauna silvestre.

De continuar la difusión del virus, el riesgo para las granjas cercanas y para la producción porcina de Cataluña se incrementaría drásticamente. Por ello, la UME y los cuerpos implicados intensificarán los rastreos hasta asegurar el control del foco.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio