La defensa del exconseller de Interior Joaquim Forn, encarcelado en Estremera desde el 2 de noviembre, ha vuelto a pedir al Tribunal Supremo la puesta en libertad del político. No es la primera vez, pero en esta ocasión lo hacen motivados por una cuestión de salud: Forn sufriría tuberculosis.

Según confirma el Ministerio del Interior, el consejero destituido ha dado positivo en la prueba de la tuberculina y, por eso, su letrado había solicitado que pudiera recibir un tratamiento antibiótico fuera de la prisión.

Sin embargo, la Fiscalía ya ha avanzado que se opone a dejarlo en libertad, a pesar de que el juez Pablo Llarena tiene la última palabra y todavía no se ha pronunciado. Podría concederle la medida cautelar de la prisión preventiva.

Interior desmiente la enfermedad

Según la agencia de noticias catalana, ACN, fuentes del ministerio han asegurado que, en realidad, Forn no sufre ninguna enfermedad y que el test de la tuberculina ha revelado que ha tenido "algún contacto en su vida, posiblemente de pequeño, con la bacteria de la tuberculosis". Las mismas fuentes aseguran que "en ningún caso" esto significa que sufra la enfermedad y asegura que este extremo está "completamente descartado" por las pruebas médicas a las que todos los internos están sometidos.

Desde Interior apuntan que hay un protocolo establecido que determina que si se detecta cualquier incidencia se puede proceder, si fuera necesario, a hospitalizar el interno, evacuarlo del centro penitenciario o a tratarlo por un equipo médico especializado. En el caso concreto de Forn, aseguran que no ha habido que poner en marcha ninguno de estos mecanismos puesto que "el interno no sufre ninguna enfermedad".