El economista Xavier Sala i Martin. EFE



El economista de las chaquetas de colorines
Decía el añorado crítico gastronómico Curnonsky que, de la misma manera que los olmos son centenarios o los domésticos solícitos, a los economistas les acostumbran a calificar como solventes. Xavier Sala i Martín es un economista que predica las bondades del independentismo y, además, persona cercana al entorno de Artur Mas. De corte furibundamente liberal, según las tesis de la Escuela de Chicago y de Milton Friedman, a Sala i Martin se le conoce en Catalunya por defender a capa y espada a Mas y al proceso y por sus chaquetas de colores. Indescriptibles, según algunos estilistas televisivos.

Hablamos de alguien que trabaja en los Estados Unidos y que ha dicho que, de volver a Catalunya, nada de nada, ni aún con independencia. Pues bien, TV3 le ha encargado un espacio, “Economía en colors”, producido por El Terrat, la empresa de Andreu Buenafuente que igual hace un reality con Alaska y Mario Vaquerizo que este espacio. En el primer capítulo, como invitado imprescindible, Pep Guardiola, el ex entrenador del Barça, que iba en la lista del Junts pel Sí de Mas. Todo muy plural.

Hablamos de una televisión pública, TV3, en la que Joan Herrera ha dicho hace poco, ante la indignación de la periodista que le entrevistaba, Lidia Heredia, que la actual dirección de TV3 había jugado partidistamente en la pasada campaña. Esta cadena nos ha costado 4.000 millones de euros desde el 2007, se niega a pagar los 40 millones de IVA que debe a la hacienda pública y sólo deja aparecer en pantalla a personas adictas al régimen, entre otras lindezas. Es la televisión de las listas negras, la que tiene más plantilla de toda Europa, la que solo trabaja con las diez productoras amigas.

Hablamos de unos medios públicos en los que se repiten ad nauseam los mismos nombres, las mismas opiniones. Hablamos, también, de los medios privados que subvenciona Mas para tenerlos callados. Véase, verbigracia, Flaix FM, la empresa radiofónica del ahora metido en política Miquel Calçada, que ha recibido de Mas en los tres últimos años más de un millón de euros. Calçada, antes Calzada, ha renunciado a todos sus cargos en la empresa que fundó junto a Carles Cuní, hermano del conocido periodista estrella Josep Cuní i Llaudet, del Grupo Godó, otro beneficiado de las ayudas de la Generalitat. Pero la ha dejado bien arregladita.

Todo queda en familia.

La gota que colma el vaso
Que Herrera haya protestado no es nuevo. Muchos, antes que él, lo han hecho sin resultado alguno. Que CCOO proteste ante esta nueva alcaldada de Mas tiene un cariz distinto. Los sindicatos mayoritarios, léase CCOO y UGT, han sido curiosamente dóciles en todo este proceso que se ha vivido en Catalunya desde hace cinco años.

En un durísimo comunicado, CCOO denuncia que en TV3 se haya colocado a“un economista de marcada tendencia neo liberal, que parece ser el referente en ésta casa”. El llamado economista del régimen recibe andanadas por considerarse sesgado el perfil de su programa, sin nadie que rebata sus opiniones. Es cierto. Personas de la talla de Vicenç Navarro no tienen cabida en ésta televisión sometida a los dictados del Palau de la Generalitat. Lo mismo sucede en Catalunya Ràdio, donde basta con haberse significado apoyando a Mas – el caso más grotesco ha sido el reciente fichaje de Karmele Marchante como colaboradora en el programa de los mediodías-, para obtener trabajo. Lo mismo podemos decir de cualesquier otra ventana comunicacional existente, a día de hoy, en Catalunya.

Buenafuente, productor del programa de Sala i Martin, que siempre ha asegurado sentirse próximo a los socialistas, debe emplear la táctica que Aznar usaba con el catalán, es decir, ser de izquierdas en la intimidad.

No en vano me dijo hace años que él no era ni de éstos ni de aquellos, lo único que le interesaba era hacer caja. Con “Economía en colors”, seguro que la hace.

Mientras siga Mas en el cargo, claro. Luego, ya se verá.