En un momento determinado entre los años 2001 y 2003, cuando la relación entre los partidos nacionalistas y PP era mucho más fluida, José María Aznar, presidente del Gobierno por aquel entonces, sirvió en bandeja de plata a su partido en Cataluña a Jordi Pujol. El fin último del ex jefe del Ejecutivo era su adhesión a Convergència i Unió, según recoge El Español.

Así lo ha revelado el expresident de la Generalitat, Artur Mas, en su autobiografía publicada por Ediciones Península, Cabeza fría, corazón caliente. La propuesta de fusión entre PP y CiU hubiese desembocado en una plataforma similar a Unión del Pueblo Navarro en la comunidad foral. Sin embargo, el que fuera máximo mandatario catalán rechazó el ofrecimiento de Aznar.

El motivo de la negativa convergente se debe a que el partido de Jordi Pujol no deseaba una alianza permanente con ningún partido de ámbito nacional.

“El objetivo era explorar si estábamos dispuestos a unirnos al PP, de tal modo que su partido desapareciese de Cataluña y ocupásemos todo el espacio del centroderecha”

La reunión se celebró en Doñana. José María Aznar envió a un equipo negociador formado por Jaume Matas, ministro de Medio Ambiente en aquel entonces, Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat valenciana y Mariano Rajoy que, en ese momento, vicepresidente del Gobierno. La excusa que el Ejecutivo de Aznar le trasladó a Mas fue la de pasar un fin de semana junto al que fuera consejero jefe de la Generalitat de Cataluña y sus respectivas parejas.

“El verdadero objetivo era explorar si estábamos dispuestos a unirnos al PP, de tal modo que su partido desapareciese de Cataluña y nosotros ocupásemos todo el espacio del centroderecha”, relata el que fuera president de la Generalitat en su autobiografía.

“Ellos eran tres y estaban coordinados para presionar a favor de su propuesta. En algunos momentos de la cena, la discusión fue subiendo de tono hasta alcanzar un alto voltaje”, agrega el ex líder de los convergentes.

La reunión se enmarcó en un contexto en el que el José María Aznar se había negado a avanzar en materia de descentralización, una de las exigencias de Jordi Pujol. Mas asegura que Aznar respondió a su antiguo ‘jefe’ con una contraoferta. El expresidente del Ejecutivo ofreció la entrada al Gobierno, “con carteras ministeriales”, a miembros de CiU.

Sin embargo, el ofrecimiento del Partido Popular no fue a más debido a la negativa de los dirigentes de la extinta Convergència. Un rechazo que se basa en el temor a ser etiquetados como partido de centroderecha. “En nuestra naturaleza estaba la libertad de movimientos para poder pactar con quien fuese en la defensa de los intereses de Cataluña y de nuestro ideario político”, admite en el libro Artur Mas.