Vox ha conseguido arrastrar al Partido Popular a no celebrar actos institucionales ni colgar la bandera arcoíris en defensa del colectivo LGBTI en aquellas administraciones que gobierna. Son varios casos, como los Ayuntamientos de Toledo, Talavera de la Reina o Guadalajara. Sin embargo, en Ciudad Real, donde sí que comenzó la legislatura con un acuerdo entre el bipartito, se terminó rompiendo ese pacto y aún así, el alcalde, Francisco Cañizares, no ha autorizado a que se celebren actos reivindicativos de los derechos LGTBI.

En Toledo, por ejemplo, también se encuentra un caso particular, y es que según defiende el alcalde y toda la corporación municipal, ni se cuelga la bandera ni se realiza un acto institucional debido a que se necesita la unanimidad de los grupos municipales. Si su grupo apoyaba esta iniciativa, que se presentó además mediante una moción conjunta entre PSOE e Izquierda Unida en el último Pleno Ordinario, podría haberse saltado el “no” de Vox y haber colgado una bandera que no luce desde que la formación de ultraderecha entró al gobierno municipal hace ya tres años.

Vox defiende a través de su presidente regional y teniente de alcalde en Talavera de la Reina, que las bandera que tienen que ondear son las que ya lo hacen, las institucionales, y que ellos defienden el cumplimiento de la ley. No obstante, la bandera arcoíris que representa al colectivo LGTBI no incumple la normativa de banderas porque no se trata de un símbolo partidista, no sustituye a ninguna de las oficiales ni subordina ninguna de las exhibidas, sino que se trata de una reivindicación de la igualdad de las personas, al amparo de la Constitución.

En contrapunto se encuentra el Ayuntamiento y la Diputación de Cuenca, ambos bajo signo socialista, que han explicado que los actos se tienen que celebrar con total normalidad en defensa de los derechos LGTBI. Bajo el lema “Cuenca Entiende”, la ciudad ha acogido varios actos para la visibilización del colectivo.

También el gobierno regional, que bajo el lema “Con mucho Orgullo” ha programado actos por varios puntos de Castilla-La Mancha como Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) o puntos donde gobierna la ultraderecha, como Toledo o Guadalajara, para hacer contrapeso.

La consejera de Igualdad, Sara Simón, afirmaba que “el problema lo tenemos enfrente”, reafirmando la posición del gobierno regional en defensa del colectivo LGTBI y sus derechos “frente a quienes los niegan, los invisibilizan e incluso frente a quienes los atacan”. Simón recordaba que hay formaciones políticas que pactan con partidos ultras y que en las próximas semanas se van a dar pasos importantes en la Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI que ya se aprobó durante la pasada legislatura.

Desde la asociación LGTBora de Talavera de la Reina, que ha sufrido actos vandálicos contra los carteles de promoción de sus eventos y contra un mural que pintaron en el barrio del Puente Romano, reivindican que parece que son hechos aislados, pero a lo largo de un año se puede observar como la violencia contar el colectivo LGTBI.

En este sentido, su presidente, Víctor González, en declaraciones a ElPlural, decía no entender que se utilice el colectivo con tanto sesgo político: “Se nos ha elegido como chivo expiatorio para esconder otros malestares y problemáticas sociales que no se quieren enfrentar. Muchos partidos políticos han considerado que es mejor utilizar chivos expiatorios que visibilizar esto que está pasando. Independientemente de lo que esté sucediendo en estos Ayuntamientos, las asociaciones LGTBI están consiguiendo sacar el Orgullo adelante en sus calles, y cada vez somos más. Se trata de un pequeño grupo que ha decidido politizar y ponernos en el punto de mira, pero aquí estamos el colectivo LGTBI para enfrentarlos como hemos hecho en el pasado con grupos más violentos”.