El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page ha vuelto a aparecer en el radar político estatal tras la publicación del barómetro del CIS correspondiente al mes de noviembre. Un estudio que confirma su presencia entre las figuras que la ciudadanía española menciona de manera espontánea como posibles presidentes del Gobierno. La encuesta lo incluye como uno de los pocos mandatarios autonómicos que logra atravesar la frontera regional para instalarse en una lista dominada tradicionalmente por líderes nacionales, lo que refuerza su posición como figura política con proyección propia más allá de su territorio.

El barómetro pregunta a los encuestados a quién preferirían como presidente del Gobierno en estos momentos y, aunque el escenario está claramente liderado por Pedro Sánchez, a quien menciona un 24,5% de los españoles, y seguido por el líder de Vox, Santiago Abascal, con un 11%, resulta significativo que García-Page figure también en el listado de menciones espontáneas. A pesar de ser un porcentaje reducido, se trata de un dato excepcional para un líder autonómico en un terreno dominado históricamente por dirigentes de implantación estatal.

El CIS señala que únicamente dos responsables autonómicos han aparecido en esta relación, lo que subraya la capacidad del presidente castellano-manchego para proyectarse más allá de la política regional, aunque el mandatario siempre ha negado la posibilidad de "ascender" hasta posiciones nacionales.

La entrada de Page en este listado muestra un interés creciente por su figura entre la ciudadanía a escala nacional, especialmente en un momento político marcado por la polarización y por el debilitamiento de los liderazgos territoriales. La comparación con el PP autonómico es inevitable, pues este dato contrasta con el intento constante de Paco Núñez por presentarse como próximo presidente de la comunidad, una aspiración que choca frontalmente con las percepciones demoscópicas.

Además, las encuestas publicadas a lo largo de los últimos meses ya habían anticipado esta brecha. Distintos estudios muestran que Page no solo mantiene un nivel de valoración ciudadana muy superior al del líder del PP en Castilla-La Mancha, sino que además retiene una amplia ventaja electoral que sitúa al PSOE en posiciones de dominio político en la región. En varios de estos sondeos, el socialista ha obtenido la única nota aprobada entre los dirigentes autonómicos, mientras que Paco Núñez se mantiene claramente por debajo del aprobado y sin señales de recuperación. En términos de intención de voto, Page vuelve a situar a los socialistas a años luz del PP castellano-manchego, cuyas cifras se describen de forma reiterada como uno de los peores escenarios autonómicos para la formación conservadora.

Este contexto agrava aún más la posición del PP regional, que sigue sin un liderazgo capaz de competir en reconocimiento, solidez o proyección pública. Mientras Núñez intenta capitalizar el ruido político de la derecha nacional para reforzar su papel de alternativa, los datos publicados por el CIS apuntan a que la percepción ciudadana transita en sentido contrario: quien sobresale no es el PP castellano-manchego, sino el propio García-Page, que aparece como una figura con recorrido propio en un panorama nacional de liderazgos muy disputado.

En un escenario estatal donde las menciones espontáneas suelen concentrarse en unos pocos nombres, la aparición del presidente castellano-manchego supone un indicio más de que su liderazgo conserva un peso reconocible para la opinión pública del conjunto del país, algo de lo que carecen por completo los dirigentes del PP autonómico y que tampoco encuentra espacio en el discurso de Vox, centrado exclusivamente en su agenda estatal sin capacidad territorial significativa.