Mientras las encuestas consolidan a Emiliano García-Page como presidente de Castilla-La Mancha y refuerzan su liderazgo, el líder del PP, Paco Núñez, continúa alimentando la idea de que el cambio de gobierno está a la vuelta de la esquina. Lo ha hecho en una entrevista en la televisión pública regional, en la que ha vuelto a colocarse en la antesala de la presidencia autonómica, reivindicando que en las elecciones de 2023 estuvo "a las puertas de gobernar". Núñez ha repetido que "por 835 votos" no alcanzó la Presidencia, olvidando que esa suma solo habría sido posible con Vox, un socio que no solo votó en contra de la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, sino que en numerosas ocasiones ha mostrado su deseo de derogarlo "en cuanto llegue a las instituciones".
Núñez ha afirmado que no es presidente de Castilla-La Mancha "por 835 votos", y ha insistido en que sus expectativas de gobernar "son todas". Según el líder popular, "es urgente que haya un cambio" y ha querido proyectar una imagen de dedicación exclusiva a la región, asegurando que la comunidad necesita "alguien que esté preocupado al 100% de Castilla-La Mancha, que no esté pensando en Madrid, en el Gobierno, en Europa, en viajar...". Una visión que obvia que, precisamente, defender a Castilla-La Mancha implica también hacerlo en Madrid, donde se aprueban los Presupuestos Generales del Estado, o en Bruselas, donde se deciden fondos europeos cruciales para la agricultura, la industria y el desarrollo rural de la región.
Durante la entrevista, Núñez ha llegado a elogiar la importancia de contar con un Estatuto de Autonomía actualizado, aunque ha evitado responder a la pregunta de si la derogación de dicho texto sería una línea roja en caso de necesitar a Vox para conformar un gobierno en el futuro. Esa ambigüedad refleja las contradicciones del dirigente popular, que por un lado ensalza la necesidad de un marco autonómico renovado y, por otro, no descarta apoyarse en un socio político que quiere anularlo por completo.
Encuestas desfavorables en Castilla-La Mancha
Preguntado sobre las encuestas, el líder del PP ha preferido ceñirse a las encuestas a nivel nacional, que muestran un desgaste del Gobierno de Pedro Sánchez, pero ha evitado pronunciarse sobre los sondeos regionales, que apuntan a un crecimiento del presidente autonómico, Emiliano García-Page, y sitúan al PP como claro perdedor en Castilla-La Mancha. Pese a estos datos, Núñez insiste en que lidera "un cambio positivo, con ideas, iniciativas y ambición" y ha garantizado que su proyecto "antepone siempre a Castilla-La Mancha".
La realidad es que las aspiraciones de Núñez pasan inevitablemente por un acuerdo con Vox, una formación que se ha quedado sola en el rechazo a la reforma del Estatuto y que con su "no" mantiene a la región como la comunidad peor representada de España. Que el líder del PP se vea como presidente con ese socio revela las sombras de un hipotético gobierno sustentado en quienes quieren desmontar el autogobierno de Castilla-La Mancha.