Durante décadas, Castilla-La Mancha ha vivido la paradoja de ver pasar el agua sin poder beberla. El río Tajo, que nace casi en su territorio y lo atraviesa de este a oeste, ha sido canalizado sistemáticamente hacia el Levante español a través del trasvase Tajo-Segura, mientras que muchos municipios manchegos siguen dependiendo de acuíferos sobreexplotados o de fuentes de abastecimiento en situación crítica. Daimiel, con sus pozos agotados, o Ciudad Real, sujeta a restricciones en momentos de sequía, son solo dos ejemplos de esta injusticia estructural.
Ahora, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido romper con esa lógica desigual. Este jueves, en el Silo de Almagro (Ciudad Real), se presentó el proyecto de ampliación del sistema de abastecimiento de la Llanura Manchega hacia el sur de la provincia de Ciudad Real, una actuación de 95 millones de euros cofinanciada con el Ministerio para la Transición Ecológica que llevará agua potable a más de 150.000 personas.
El presidente autonómico, Emiliano García-Page, estuvo arropado por una veintena de alcaldes de la zona, junto a su vicepresidente segundo, el Ministerio y los técnicos de la Sociedad Estatal ACUAES, responsable de ejecutar las obras. Allí, la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, resumió el espíritu del proyecto. "Ya no hablamos de promesas, hablamos de realidades que llevan agua donde antes solo había incertidumbre".
De los pozos de emergencia al agua segura de la Llanura Manchega
Entre los principales beneficiarios destacan los habitantes de Almagro, Bolaños de Calatrava o Daimiel, que actualmente dependen de pozos de emergencia conectados a la masa de agua subterránea Mancha Occidental I, uno de los acuíferos más sobreexplotados de Europa. También se beneficiarán los doce municipios que conforman el Consorcio de la Vega del Jabalón, que sufren recurrentes dificultades de abastecimiento, especialmente en los meses de verano.
La nueva infraestructura hidráulica servirá además como sistema de abastecimiento de seguridad para la Mancomunidad del Gasset, lo que incluye a Ciudad Real capital y a municipios como Miguelturra, Carrión de Calatrava, Torralba, Alcolea, Picón y Poblete, hasta alcanzar los 100.000 habitantes. En todos estos núcleos, se habilitará la conexión al sistema desde la ETAP de Ciudad Real, garantizando caudales estables, constantes y de calidad ante posibles escenarios de sequía o contaminación.
Page: "Es de justicia histórica que Castilla-La Mancha beba el agua que siempre ha visto pasar"
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, definió la ampliación del sistema de Llanura Manchega como "la principal obra hidráulica de toda la etapa autonómica", una infraestructura que, según dijo, simboliza la constancia y el compromiso de la región con una gestión justa del agua.
Destacó que es de "justicia histórica" que los municipios de la región puedan beber del mismo agua que se ha trasvasado durante décadas al Levante, y ha reivindicado que obras como esta "solo son posibles gracias a la autonomía".
Page rechazó además el concepto de "guerra del agua", afirmando que "lo que ha habido es una lucha legítima y democrática" en defensa de los intereses de Castilla-La Mancha, y recordó que "nunca ha faltado la solidaridad para el abastecimiento humano, vaya el agua a Alicante o a Murcia". También advirtió sobre la necesidad de asegurar agua de calidad en un escenario cada vez más condicionado por el cambio climático.
Las obras comenzarán antes de final de año y durarán dos ejercicios
Según detalló la consejera, el pasado 12 de junio se licitaron los contratos para la ejecución de las obras y su control, cuya adjudicación se prevé en octubre. Además, se ha autorizado el contrato para gestionar las expropiaciones necesarias, a través de la empresa TPF Getinsa Euroestudios. Si se cumplen los plazos, las obras comenzarán antes de que termine 2025 y se ejecutarán durante un periodo estimado de dos años.
Una vez finalizada la obra, la gestión del sistema será asumida por la entidad pública Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha (IACLM), dependiente de la Agencia del Agua, como ya se hiciera con el ramal nororiental, que se puso en marcha en 2023 tras más de una década paralizado por los gobiernos del PP.
Ese primer ramal da actualmente servicio a 76.375 habitantes de 15 municipios en las provincias de Ciudad Real, Cuenca y Albacete. Con la ampliación presentada este jueves, la Tubería de la Llanura Manchega abastecerá ya a 300.000 personas, consolidándose como uno de los ejes estratégicos del nuevo modelo hídrico de Castilla-La Mancha.
El agua del Tajo, también para quienes lo ven pasar
Más allá de garantizar el agua para el consumo humano, la ampliación de este sistema supone una declaración de intenciones política y territorial. Tal y como subrayó Mercedes Gómez, el agua del Tajo no puede seguir siendo un recurso exclusivo para el Levante, sino que debe beneficiar a Castilla-La Mancha, la región que lo ve nacer, lo atraviesa y sufre sus restricciones. Frente al modelo trasvasista que consolidaron los gobiernos del PP, la Junta apuesta por redistribuir el recurso allí donde es más necesario, empezando por los municipios ribereños y con acuíferos agotados.
Este proyecto, además, liberará presión sobre las masas de agua subterránea, permitirá una mejor planificación del ciclo integral del agua y contribuirá a frenar la desertificación en zonas clave del centro de la provincia. El mensaje es claro: el agua del Tajo no solo cruzará Castilla-La Mancha, sino que se quedará aquí para garantizar el derecho básico de acceso al agua potable.
Un compromiso desbloqueado tras años de abandono del PP
En el acto, el vicepresidente segundo del Gobierno regional, José Manuel Caballero, subrayó el carácter estratégico de esta inversión, y fue tajante: "No da igual quién gobierne. Esta obra la impulsaron gobiernos socialistas con Bono y Barreda, la paralizó Cospedal y ahora la hemos reactivado con Page".
Caballero defendió que con esta actuación se cumple un compromiso histórico con los municipios del Campo de Calatrava y la capital, y que "se asegura el suministro a corto, medio y largo plazo con un modelo justo y sostenible, que pone fin a años de olvido y de infraestructuras dormidas".
En ese sentido, vinculó esta actuación con la defensa del caudal ecológico del Tajo y el rechazo al trasvase, una posición que, ha remarcado, "también ha sido respaldada esta semana por comunidades autónomas de signo político distinto como Aragón".
"No se trata solo de gestionar infraestructuras, sino de gobernar con una idea clara de región", sentenció. Y en esa idea, Castilla-La Mancha ha decidido que su agua no es moneda de cambio, sino un derecho que hay que garantizar para quienes más lo necesitan.