Vox no puede impedir que la mayoría de los medios de referencia, en España y en Europa, lo consideren un partido de extrema derecha y de ahí que su irrupción en el Parlamento andaluz primero y en el Congreso después fuera noticia de portada en casi todos ellos, pero sí cree que puede lograr ese objetivo en el ente autonómico Canal Sur.

Así lo explicitó ayer el portavoz de la formación durante la sesión de control al presidente de la Junta, Juanma Moreno. Alejandro Hernández trasladó a la Cámara las quejas recibidas en su partido ante la pasividad del Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) por permitir que periodistas y tertulianos califiquen a Vox “de ultraderecha o extrema derecha”.

Esta última expresión, por cierto, fue utilizada por el presidente del PP, Pablo Casado, en la campaña de las elecciones legislativas del 28 de abril, aunque no así en la del 10 de noviembre. Tras sus pactos en distintos ayuntamientos y comunidades, el PP nunca alude ya a Vox como un partido de extrema derecha.

La respuesta de Moreno bien podría encuadrarse en lo que el lenguaje popular identifica como ‘irse por las ramas’. El presidente garantizó vagamente a su socio parlamentario que se esmerará en incrementar la “pluralidad, neutralidad, diversidad y respeto” en la RTVA. También prometió mejorar el Consejo Audiovisual, aunque al ser un órgano de extracción parlamentaria le convendría consensuar su reforma con el Partido Socialista.

Entiende Vox que el CAA no está cumpliendo la misión que tiene encomendada, dado que no estaría considerando las quejas de “prestatarios de servicios audiovisuales” por el trato dado a Vox. Según Hernández, su partido tiene “serias dudas de la operatividad del Consejo. Todavía, en Canal Sur, hay periodistas que nos siguen llamando ultraderecha, extrema derecha. Los tertulianos solo coinciden en cómo sacudir a Vox, pero en cambio no utilizan términos como extrema izquierda".

En todo caso, la apreciación del partido ultra requiere alguna matización, ya que no es cierto que no haya tertulianos, generalmente de perfil ideológico conservador, que no identifiquen a Podemos como un partido de ‘extrema izquierda'.