En la gran película de Oliver Hirschbiegel sobre el final de la II Guerra Mundial, 'El hundimiento', se narra como, con el conflicto bélico ya sentenciado, en las calles de Berlín todavía se libra una encarnizada batalla. El 'Tercer Reich', y con este Adolph Hitler, se tambalea por el asedio de los rusos por el Este y los americanos por el Oeste... Pero solo unos pocos están dispuestos a creérselo.

Salvando las distancias, el ejemplo cinematográfico de Hirschbiegel plantea similitudes con la situación trágica -y, en ocasiones, tragicómica- que comienza a vivir el Partido Popular en casi todas partes: residual en el noreste -Cataluña-; en avanzada fase de descomposición en el centro -Comunidad de Madrid- y en claro retroceso en el Sur -Andalucía-. Si hasta este momento cabía alguna duda, los resultados de las elecciones catalanas, la última encuesta de El País/Metroscopia para la región de Madrid y distintos sondeos andaluces recientes han terminado por definir un mensaje difícil de borrar: el PP ha iniciado una deriva cuesta abajo de proporciones inimaginables y, al mismo tiempo, no muy difíciles de prever.

Fuengirola, un feudo en peligro
Un claro ejemplo extensible a otras grandes ciudades es el de un buque insignia conservador en Málaga desde hace más de 20 años: Fuengirola. La importante ciudad costasoleña no es solo un feudo del Partido Popular: significa un símbolo del ya disminuido poderío genovés y del modelo de obtención de mayoría absoluta tras mayoría absoluta. Desde que Esperanza Oña accedió al sillón de alcaldesa en 1991, siempre ha revalidado el cargo de manera aplastante. Nunca hubo enemigo que amenazara su poder, salvo en 1994, cuando fue desalojada mediante una moción de censura. Pero Oña volvió a ganar las elecciones municipales y desde entonces ocupó el cargo de alcaldesa de manera ininterrumpida hasta el año 2014. Ese año dejó la alcaldía por su escaño en el Parlamento Andaluz, obligada por una ley que recoge como incompatible el cargo de alcalde y de parlamentario.

La 'Strauss' española
Oña fue para el PP lo que lo que para la Unión Socialcristiana de Alemania (CSU) fue Baviera y Franz Josef Strauss. Como el 'Léon bávaro', Oña fue especialmente conocida por su carácter pétreo y dureza política, así como por mantener posturas muy conservadoras. Su marcha a Sevilla ha dejado a una cuestionada alcaldesa (Ana Mula) que amenaza con dividir el voto conservador ante el auge de Ciudadanos en la localidad y en la provincia malagueña. Por todo ello, en el PP se temen, y mucho, que el fortín se caiga y que la Numancia genovesa del sur se hunda irremisiblemente.

Y es que un trabajo demoscópico encargado por el propio Partido Popular -lo que, paradójicamente, otorga verosimilitud a sus resultados por lo negativo de estos- vaticina que el PP  perdería la mayoría absoluta y que el resto de las formaciones desalojaría a la derecha gobernante desde hace un cuarto de siglo, algo muy duro de digerir por los populares andaluces.

En el precipicio
El trabajo, guardado a cal y canto por los conservadores locales, ha terminado por trascender. Conocidos algunos datos, se entiende en parte el secretismo, pues indican que el PP perdería con claridad su mayoría absoluta, pasando de 14 concejales a solo 10 u 11. Ante esta manifiesta debilidad electoral, y tras tantos años de gobierno del PP con déficits democráticos, es más que probable que el resto de los partidos se unieran para mandarlo a la oposición 'regeneradora'.

Y en Mijas sigue "El hundimiento"
Las cosas no van mucho mejor en Mijas, donde el PP, segun otro estudio publicado, indica un descenso desde los 11 ediles hasta solo siete. El hundimiento continúa, salvando las distancias. Visto lo visto durante los últimos días, todo es susceptible de empeorar: nuestra historia democrática más reciente advierte de ello. El ejemplo más próximo, el de la Unión de Centro Democrático de Adolfo Suárez y Landelino Lavilla. Las grandes ciudades no son un mal termómetro para predecir lo que sucederá en solo un año. Y el final de la decadencia política suele ser infinitamente más rápido que su comienzo.