Hace unos días la UE presentó su proyecto de identidad digital para todos los europeos en una rueda de prensa conjunta de Margrethe Vestager, vicepresidenta del Ejecutivo comunitario responsable de Competencia, y Thierry Breton, comisario de Mercado Interior. La nueva “cartera” de identificación digital permitirá demostrar la identidad y compartir documentos electrónicos en los 27 estados miembro a través del móvil.

Lo anunciado por estos dos comisarios llega en un momento en el que los gobiernos de los países europeos ya están trabajando en la digitalización de sus DNIs y otros documentos de identificación, como la tarjeta sanitaria y el carnet de conducir. En el caso de España, la transformación digital se complica porque el Estado y las 17 autonomías trabajan a su vez y con poca coordinación en aplicaciones móviles de identificación digital.

En Andalucía, desde donde escribo, podemos hablar ya de una cierta indigestión digital administrativa por la proliferación de aplicaciones móviles redundantes. Para las gestiones sanitarias la Junta de Andalucía mantiene activas simultáneamente aplicaciones solapadas entre sí como Salud Responde y Salud Andalucía, a las que habría que añadir ClicSalud+ y la Carpeta Ciudadana, que incluye la tarjeta sanitaria de la Junta de Andalucía y desde la que se puede acceder a la carpeta ciudadana del Gobierno de España.

La digitalización administrativa acelerada por la pandemia provoca disfunciones y confusiones notables como, por ejemplo, la producida al solicitar el certificado digital de la vacunación covid. Se pide el número de la tarjeta sanitaria de Andalucía que ya no coincide con el de la tarjeta sanitaria del Sistema Nacional de Salud, que es la que llevamos la mayoría de la población en la cartera. 

En el contexto descrito, con la mayor parte de las administraciones públicas cerradas todavía a la presencialidad y con los funcionarios teletrabajando, no es de extrañar que aumente el descontento de la ciudadanía por el blindaje digital al trato personalizado que no se traduce en una administración electrónica amigable y fácil de usar por todos.

La futura wallet o cartera digital europea busca, también, poner orden en el acceso a las grandes plataformas tecnológicas como Google, Apple o Facebook, que han avanzado enormemente en este ámbito y han creado sus propias herramientas de identificación y autenticación para sacarle dinero a nuestros datos personales.