Decía en una ocasión la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta, Susana Díaz, que entendía el PSOE como “parte de su familia y que no entendía la vida sin el socialismo”, que su patria es la igualdad y que uno de sus recuerdos más entrañables casi de recién entrada en la adolescencia era el póster de Felipe González en la modesta casa trianera de sus padres. El Partido Socialista como familia, las luchas partidarias como elemento lógico de la democracia interna pero con cierre de filas tras la batalla y el presente y el futuro de su partido por encima de todo, por encima de ella misma. Y los que conocen íntimamente a la baronesa del sur sabe que es así, que no es un postureo ficticio o impostado.

Con eso concepto de familia -o matriarcal- del PSOE sería válido el símil de que lo ocurrido en las primarias socialistas y en las fases previas más que cainismo ha sido un cese temporal de la convivencia” como ocurre en las mejores familias, incluso en las familias reales. Hermanos separados por la herencia que vuelven a reunirse y reencontrarse ante los problemas porque la sangre une y lo hace con pegamento potente cuando ven que uno de esos hermanos, acosado por una enemiga oposición dóberman asida al cuello o por el renacimiento de un ruin émulo “sindicato del crimen” y por las más putrefactas cloacas del Estado, intentan dañarlo letalmente. Olvido de rencillas, fase de ayuda y reconciliación final. Luego, solucionado el problema, y echada la mano necesaria para su reconciliación, puede que vuelvan solo a verse para las uvas de Nochevieja.

Susana Díaz fue entrevistada en la noche de ayer en la televisión local de Málaga 101 TV. Y lo hizo ante un amplio plantel de periodistas del grupo Vocento, sin guion previo, ni preguntadas pactadas ni formulaciones excluidas. A cuerpo, a porta gayola y sin perder una amplia y contagiosa sonrisa de aplomo y seguridad. Y es que como ella dijo al inicio de esta entrevista se encuentra en un momento vital magnífico, “soy feliz”, “me encuentro muy bien” y “hago lo que me apasiona porque si esto -la política- no te apasiona, no puedes estar… y tal como está la política en este país y el descrédito de las instituciones o tienes pasión y vocación o no puedes estar en la actividad”. Y una ocurrencia simpática cuando se le comenzó a interrogar desde distintos flancos por la fecha de las elecciones andaluzas: “¿Y elecciones ‘pa’ cuando?”, se autopreguntó entre una amplia y cómplice sonrisa. Ese fue su arranque… por alegrías.

"¿Y elecciones ‘pa’ cuando?"

Los periodistas, tal vez excesivamente incisivos y reiterativos en intentar buscar un desliz de la presidenta y un signo sobre cuándo piensa convocar elecciones, anticipadas por supuesto, no consiguieron sacarle el más mínimo detalle ni el más nimio gesto aproximativo de ese “Día D, Hora H” que tan solo ella tiene en la cabeza. Como el espía tenazmente entrenado para no soltar prensa (a pesar de que se hallaba entre avezados y destacados periodistas) la trianera repetía intermitentemente todo un rosario de respuestas desgranadas de esta manera: “Las elecciones serán cuando interesen a los andaluces”. “Las convocaré cuando le venga bien a Andalucía”. “Algunos llevan 15 meses anunciando que habría elecciones anticipadas como una especie de subastas y yo me dedico a mi tierra y a gobernar”. “Serán cuando Andalucía las necesite  porque ya no se puedan adoptar decisiones que mejoren la vida de las personas”. “Otros se dedican a convertir Andalucía en el campo de su batalla política a nivel nacional, otros nos dedicamos a gestionar o inaugurar hospitales”. “Unos a las banderas y a las esteladas, otros a gobernar”. “Ellos las banderas, nosotros las personas”. Y así sucesivamente como un muro infranqueable. Zanjó el asunto con la reflexión de que ve que en Andalucía se escenifica “la lucha entre Casado y Rivera que vienen aquí a debatir de lo que les interesa en otros sitios incluso hablando de otras comunidades. Es el botón de muestra de que desean que esta tierra sea su campo de batalla y Andalucía se merece mucho más que eso”. Y para zanjar el tema un mensaje rotundo y también un recado al PSOE federal: “Lo mejor para mi tierra es tener un debate propio y que las elecciones andaluzas no se solapen con otras convocatorias. “Ya hemos estado mucho tiempo hablando de otros territorios y ahora toca hablar de Andalucía”. O sea que de hacerlas coincidir con las generales, nada de nada.

Y en eso, como buenos analistas, llegó la segunda demanda mantra. ¿Cómo son las relaciones con Pedro Sánchez? ¿Quiere que Pedro Sánchez venga mucho o poco a Andalucía cuando llegue la campaña? Y rápida, sin perder la sonrisa inicial ni la cordialidad ante la afilada pregunta respondió: “A Pedro, además con mucho cariño, le invitaré a la campaña, vendrá y estaré encantada de que participe y nos ayude”.  Prosiguió Díaz en su mensaje de acercamiento a su secretario federal e inquilino de La Moncloa al preguntársele de distintas formas y maneras su grado de identificación con el Gobierno de Pedro Sánchez y el respaldo de independentistas en el Congreso. Mantuvo la presidenta andaluza que el “Gobierno de Pedro ha sido un respiro para este país”. “Los ciudadanos recibieron con respiro que Rajoy dejara de ser presidente porque han sido muchas las heridas que han dejado por la crisis”. Negó que Sánchez estuviera atado a los independentistas sino que fue la mayoría de diputados del Congreso y de fuerzas políticas quienes decidieron “echar a Rajoy”

Insistió en que Sánchez será bien recibido en Andalucía porque en otros casos -PP y Ciudadanos- “sus líderes nacionales vienen y vendrán a suplantar a su candidato o incluso a tomar ellos las decisiones con el ‘mando a distancia’ desde Madrid” o lo más grave a “decidir desde Madrid” lo que hay que hacer en esta tierra. Subrayó que ahora los ministros vienen a Andalucía con “cosas debajo del brazo como Ábalos y con Rajoy venían de romería”. Puso el ejemplo de que la ruptura del acuerdo de investidura de Ciudadanos no lo ha realizado ni tan siquiera su dirigente regional, Juan Marín, sino el propio Albert Rivera cuando vino él, personalmente, a anunciarlo en Málaga. Reconoció también que el Gobierno central también ha hecho que las perspectivas de una nueva y mejor financiación hayan mejorado y se trabaje en ello gracias a la ex consejera de Hacienda de la Junta María Jesús Montero, y actual ministra de Hacienda, “Andalucía podrá salir a financiarse a los mercados”. En todo caso sigue manteniendo el mismo nivel de exigencia que tuvo con el Ejecutivo de Rajoy al afirmar que no iba “a renunciar ni a un euro de lo que nos pertenece” para mejorar la vida de los andaluces.

Máster y tesis: “Sánchez ha hecho un ejercicio de transparencia”

En relación a los recientes escándalos de másteres, tesis, currículos etc… opina que lo que más le duele es que le afecte a la Universidad, al haberla puesto en el “foco del descrédito” y porque es el “ascensor social y el símbolo de la igualdad de oportunidades y del desarrollo”. Pero no ha querido entrar en el “y tú más”. Pero hasta en ese punto siguió “echándole un capote” a su compañero Pedro Sánchez: “No todos los casos son iguales. Pedro Sánchez ha sido transparente y ha enseñado su trabajo. Ha hecho un ejercicio de transparencia importante incluso estando dispuesto a explicarlo en el Congreso y eso le honra”.

En relación al caso de la ministra de Justicia y las revelaciones que se relacionan con el Comisario Villarejo mantuvo que “las conversaciones privadas no me interesan nada pero me preocupa que se usen para chantajear o extorsionar a las instituciones”. Y sobre  la Comisión de Investigación del Senado sobre financiación irregular de los partidos a la que le pide el PP que comparezca piensa que se debe a una “pataleta” del PP y que nació como un trueque de Susana por Mariano. Y si hay que ir pues se va, vino a decir.

Y finalizó en un tono tan emotivo para ella como contundente: “Tendremos problemas, sí, pero aquí a nadie se le deja en el camino. Se atienden a los dependientes, seguimos abriendo centros de salud y hospitales, gobernamos para la gente, creamos 500. 000 empleos, unos banderas y disputas partidistas, otros personas, unos matrículas universitarias a 2.500 euros, aquí a 7 euros”.