La portavoz parlamentaria del PSOE-A, María Márquez, anunció en la sesión de control del Parlamento andaluz que su Grupo Parlamentario presentará un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) por "indefensión" ante el presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre. La última acción fue interrumpir una votación para modificar el orden del día del pleno para hablar sobre la crisis en el cribado de cáncer de mama.

Durante su intervención en la sesión de control al presidente, Moreno Bonilla, y un día después de que el Parlamento andaluz viviera una doble suspensión del mismo porque a Aguirre le "dio la gana", tras negarse a realizar una votación para alterar el orden del día, Márquez ha anunciado que el Grupo Parlamentario socialista recurrirá al TC por "indefensión" ante las 'cacicadas' del presidente del Parlamento.

La oposición lleva reclamando al presidente un pleno extraordinario y monográfico sobre sanidad durante dos años, el mismo tiempo que Aguirre lleva vetando tal celebración. Según el dirigente popuar, no hay "motivos excepcionales" para tal realización, ni siquiera los ha habido durante esta semana en mitad de una crisis de tal calado como ha sido la del cribado de cáncer de mama en Andalucía.

Márquez demostró así su desconcierto sobre "qué debía pasar" en Andalucía para que Aguirre considerara la situación lo suficiente "excepcional" como para celebrar un debate monográfico. De hecho, la socialista llegó a indicar que justo en ese momento había una vacante en la silla en la que hasta ahora se había sentado la consejera de Salud, Rocío Hernández, recientemente cesada por el escándalo en el cribado de cáncer de mama.

Caos en el Parlamento andaluz

El miércoles el Parlamento andaluz vivió una situación totalmente inusual. Justo al comenzar el pleno los grupos de la oposición pidieron incluir un tema en el orden del día que ya se había pactado previamente, al amparo del reglamento. Para ello, solicitaron una votación al presidente, Jesús Aguirre, aunque este se negó categóricamente. Ante las alaridas propuestas de la oposición, Aguirre cedió, pero entonces fue el PP quien se molestó con Aguirre, por aurotizar una votación mientras un número importante de diputados del PP se encontraban fuera de la Cámara.

A partir de ahí, el caos se apoderó del Parlamento andaluz, que llegó a ser suspendido temporalmente hasta en dos ocasiones por el propio Aguirre, que finalmente acordó la votación para final de la jornada.

El PSOE-A registró una queja formal a la Mesa del Parlamento por tales acciones, entendiendo que el proceder de Aguirre había sido "arbitrario y carente de amparo reglamentario", lo cual constituye un "grave precedente de nepotismo y sectarismo institucional, que menoscaba la independencia del Parlamento y distorsiona la función de control al gobierno, impidiendo el debate sobre un asunto de extraordinaria relevancia pública que afecta a miles de mujeres andaluzas y al prestigio del sistema sanitario".