Martes, 10.35.- Me metieron en un grupo. El administrador vio un día a mi altocargo con una corbata cara. Es un traficante de influencias muy conocido. Entre Sevilla y Málaga, ida y vuelta. Nos anima con fervor a pasarnos en masa a Telegram, “hecho por rusos, que son más tolerantes”.
Martes, 10.36.- Rusos tolerantes, mi nuevo oxímoron vital.
Martes, 10.50.- Compro el periódico pagando. En el mostrador de la tiendecita (pijamente micromarket) hay un bote de alcohol para desinfectarse las manos. Mejor no lo pienso. Leo que mi administrador ya me (nos) había escrito concernido: Vox ordena a sus falanges pasarse a Telegram. Hernando, insultador rico de oficio del PP, se suma con entusiasmo. Los nietos chulescos del Franquismo sociológico chapoteando de puro gusto.
Martes, 11.11.- Casado, con Abascal de vicepresidente, recibidos por Putin. Patriotismo constitucional . Dadme un par de años o tres.
Martes,11.43.- El loco le pregunta a Carrillo: ¿usted cuando era pequeño, ya quería ser ruso? Aquella maravillosa radio.
Martes, 12.45.- Se apodera de mi ignorancia un titular a cinco columnas: “Las confusas expectativas europeas de Bélgica”. Me siento culpable por no haberlo pensado antes.
Martes, 13.05.- Llaman al timbre. Los niños salen corriendo hacia la puerta. Sólo es Amazon, que llama tres veces. Les quedarán secuelas, seguro.
Martes, 14.20.- Los nacionalistas vascos celebraron el día de la patria en los balcones. Enorme hallazgo para ubicar las patrias. En Morioka y en Tokio, donde bebí cuando era un poco menos escéptica, los baretos y pubs de copas están en los mismísimos pisos, donde el espacio es religión. Podías bajarte desde el quinto al primero de bar en peor sin miedo a que te detuvieran por exceso de sake. A José Luis Cuerda le habría encantado como homenaje póstumo: en el balcón del segundo derecha, la patria vasca; en el tercero izquierda, Tayikistán.
Martes, 18.35.- Peridis ha vuelto a la vida de fabricar bondadosas ironías diarias. Otra cara conocida que sumar en las hileras verdes del coronavirus. Boris Johnson, recuperado, no podrá sin embargo trabajar de inmediato. Doble alivio.
Martes, 19.50.- Leo a Harari como si me leyera a mí misma, sólo que a él se le ha ocurrido antes y un poco mejor: unos políticos irresponsables han socavado durante años la fe en la ciencia, en los filósofos, en los expertos… Cuando los humanos se pelean, el virus se duplica… Pienso en Casado, con una bandera enorme, desde su balcón de Génova.
Martes, 20.35.- El aplauso ha sido, tibio, de lunes de antes. El crepúsculo sin embargo me regala esta nota: Totó, ya de mayor y convertido en director de cine, regresa a su pueblo al entierro del que fuera el proyeccionista del cine de cuando era niño. Le había guardado, como homenaje, los recortes de los besos de la censura de la iglesia. En el Día Internacional del Beso, Cinema Paradiso. Pocas veces desde tan de lejos me han besado mejor.