Y el fondo siempre ese chico.- Hay mucho personal que se pasa la vida con los y si.¿Y si Franco se hubiera muerto de fiebres amarillas? ¿Y si el alzamiento hubiera sido un gatillazo? Consigno aquí una de esas noches de magia y radio de Quintero en un silencio con Carrillo, oiga ¿oiga, usted de mayor quería ser ruso? ¿Y si? ¿seríamos soviéticos de antes de la perestroika? Un locutor de televisión vino a decir al principio de los canalsures que no se podían leer bien los nombres porque estaban escritos en “idioma soviético” (de la misma manera, me supongo, que Hedilla estaba escrito en idioma falangista). El y si planetario más reciente es el de Rivera. Los miles de parados que ha dejado este muchacho en la cuneta, los miles de planchados militantes ciudadanos que se creían subsecretarios o medioministros y ahora van echando los currículos por los buzones de los barrios del pp, se pasan el día con el y si de Rivera con Sánchez en la cabeza. Y dado que no encuentran remedio ni consolación, me supongo que le acaban deseando que pille una diarrea que se lo lleve al cementerio en botellas. Dice mi altocargo/amore, que me su (ponga) menos.

Susana y la poesía.- Con sólo media copa de menos, en los tiempos de ahora hace un año, cuando el rojerío andaluz se quería suicidar en el diván de la historia después del petardo electoral, un altocargo descargado de egos y de ambiciones nos iluminó con  este apunte de poesía política: pues va Susana, ve que Marín las pasas moradas para explicarse con Vox, va Susana y le ofrece la presidencia de la Junta a cambio de cerrar el paso a la extrema derecha. Me imagino a Marín tartamudeando en cualquiera de esas dos afiladas opciones. Ese sí que era un pedazo de ysi. Hasta a los algoritmos se le habrían salido las uñas de los pies.

Casado cosmopaleto.- Dice mi altocargo que entre la superioridad moral de la izquierda y una copa con un señor de derechas, prefiere lo segundo por dos razones: el vino suele ser de categoría y no te dan el peñazo con las equidistancias. Así que según se entra por la barra de una bodeguita atestada de gente bien vino a toparse con un simpático derechón de afilado pico. Estaba la noche entrada en copas prenavideñas, veníamos de ver la Giralda y la ropa tendida con dos cosmopaletos de Madrid que alucinaban, nosotros absortos en nuestra burbuja, y sin mediar provocación se nos abrió de capa: ¿y pasaría algo si mañana va Casado y sale a los medios y nos dice con claridad que para pararle los pies al separatismo y toda esa gaita ofrece sin condiciones a Sánchez la abstención para que sea investido? ¿Y que, como en los tebeos, la generosidad se autodestuirá treinta segundos después de la investidura para ejercer una oposición dura como el granito y las espuelas? Serán estas fechas, pero sonó como un hermoso villancico de los tiempos de la transición y de la libertad sin ira.

…Nosotros tenemos dos.- La extrema derecha y todo eso (al pan, pan y al nazi, nazi) ha encontrado su noche noche de los cristales rotos en la sentencia “del tribunal belga” (sic)” que se ha pasado por los forros a la soberanía española. Y el arranque argumental para la desafectación europea y volver a Covadonga. Es espantoso oír la ingenuidad con la que voceros radiofónicos como cacatúas paranoicas difunden la basura supremacista.  “Si ellos tienen onu, nosotros tenemos dos”. Está en los archivos del nodo y en los archivos auditivos del miedo de los niños de la posguerra. No es otra cosa que la España que se ha dado la vuelta. La propiedad de la patria no es un conceptualismo vacuo. La están ejerciendo con rotundidad desde ambos frentes en medio de un papanatismo intelectual en el que cada día resulta más fácil odiar que tender puentes al diferente. Y yo que oigo ahora a Carmen Calvo y casi se me saltan las lágrimas. Dice mi amore que en este caso no (me) lo suponga, que llevo razón a lo Carlos Cano. De la manera más bonita y popular.