El presidente de la Junta de Andalucía y del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, no se ha salido del argumentario de su partido en la entrevista de hoy en Antena 3, donde ha desacreditado con rotundidad las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) porque es una institución que, a su parecer, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, “ha puesto a su servicio”.

Aunque ni el Barómetro del CIS ni ninguna otra encuesta lo predicen, Moreno considera perfectamente “viable” que el PP logre la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Como se sabe, el Barómetro de enero otorga al PSOE una estimación de voto del 30,2 por ciento, cuatro décimas menos que el mes anterior, mientras que al PP le atribuye un respaldo del 28,5 por ciento. 

En cambio, el resto de sondeos encargados por distintos medios de comunicación coinciden en situar a los populares uno o varios puntos por encima de los socialistas y en atribuir a Vox una posición privilegiada para condicionar un posible Gobierno presidido por Feijóo. Varias de esas encuestas colocan a ambas derechas al borde de la mayoría absoluta, prácticamente en un empate técnico con la actual mayoría parlamentaria que sostiene al Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos.

Sobre las expectativas electorales del PP de Feijóo, Moreno piensa que "se puede conseguir" una mayoría absoluta como la que él logró en los comicios andaluces del pasado 19 de junio, porque "a lo largo de la campaña" electoral "hay muchas variables que intervienen, mucho voto útil, oculto, y en las últimas semanas, incluso en las últimas 48 horas, hay muchos ciudadanos indecisos que deciden apostar por una opción que sea realista y no tenga influencias de populismos".

En su análisis del Barómetro del CIS el presidente andaluz pasa por alto datos brutos de la encuesta en los que Ferraz y la Moncloa ven una esperanza de renovar su actual hegemonía. Aunque el PP aventaja al PSOE en intención directa de voto –23 frente a 22,5 por ciento– y la fidelidad de sus votantes es mayor –81 frente a 65 por ciento–, en enero ha mejorado significativamente la confianza de los electores en el presidente Sánchez, con 10 puntos más que en noviembre de 2019 cuando ganó las elecciones. Aun así, el 67,2 por ciento de los encuestados tiene “poca o ninguna” confianza en Sánchez, un porcentaje que sube hasta el 71,2 en el caso de Feijóo.

Aunque solo un 40 por ciento de los votantes acostumbra a hacerlo siempre al mismo partido, hasta un 53 de ellos reconoce que decidirá su voto muy tardíamente, “según lo que más le convenza en ese momento”. Igualmente, Sánchez sale mejor parado que su principal competidor en las respuestas a la pregunta de a quién preferiría como presidente del Gobierno: el 22,3 por ciento se inclina por el líder socialista frente al 16,4 que lo hace por Feijóo; sigue a ambos, aunque a mucha distancia, Yolanda Díaz con un 9,6 por ciento.

Ahora bien, más allá de quién vaya por delante en las encuestas en el parámetro de la estimación de voto, los socialistas tienen varios problemas, según el CIS: un 7 por ciento de sus votantes están dispuestos a darle ahora su papeleta al PP; un 22 por ciento de antiguos votantes de Vox han decidido regresar al PP; y cerca del 60 por ciento de quienes votaron a Ciudadanos en 2019 hoy lo harían por el PP.

Por otro lado, sobre la propuesta que defiende la dirección nacional del PP para que gobierne la lista más votada tras las elecciones, Moreno ha defendido que es "lo más sensato" y lo que "todo el mundo entiende" porque es "lo más justo", aunque ha reconocido que él logró ser presidente de la Junta tras los comicios de 2018 sin ser el candidato más votado, gracias a los acuerdos que el PP suscribió con Ciudadanos y Vox. De hecho, a lo lago de la precampaña y la campaña de las autonómicas de 2018 el PP andaluz se abstuvo de mencionar siquiera lo que en comicios anteriores había esgrimido como bandera: que se dejara gobernar al partido ganador de las elecciones.

Moreno piensa ahora que sería "razonable y satisfactorio para todos, entendible por parte de todos", aunque requeriría “una reforma de nuestra ley electoral y nuestra cultura política" que tendría que venir "necesariamente con el concurso del PSOE", al que no ve "en esa línea ni mucho menos". 

Poe lo demás, Moreno ha reiterado que el Partido Popular es un proyecto político diferente a Vox y que en ningún caso quiere parecerse a la formación que las encuestas identifican inequívocamente como extrema derecha, aunque el PP nunca utiliza tal terminología: "Tenemos que marcar nuestras propias diferencias. Nosotros no somos Vox ni queremos ser Vox".