Listas de espera ocultas, dependientes escondidos en un cajón, fondos europeos no ejecutados, inversiones bloqueadas por exceso de burocracia, empleos perdidos por desidia política…

La lista de escándalos del pasado desgranados en martes sucesivos por el consejero de Presidencia del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, se ha visto hoy incrementada con esta nueva relevación: el anterior Ejecutivo manipuló las estadísticas de vacunación contra la gripe para “aparentar una tasa de cobertura mayor que la alcanzada realmente entre la población de riesgo”.

El Gobierno que preside Juanma Moreno sigue navegando hacia el futuro a buena velocidad de crucero, pero no descuida escrutar el pasado. Parafraseando el título de película de José Luis García Berlanga ‘Los jueves, milagro’, la película del Gobierno conservador podría titularse algo así como ‘Los martes, escándalo’.

Las cifras "del engaño"

La revelación de Bendodo, expuesta hoy en rueda de prensa y recogida en la web oficial de la Junta de Andalucía, se sustenta en un informe elaborado por la Consejería de Salud según el cual existiría un flagrante “descuadre entre los datos registrados oficialmente en el Servicio Andaluz de Salud de personas mayores de 65 años vacunadas contra la gripe y los remitidos a partir de 2012 por los sucesivos responsables de la Consejería de Salud al Gobierno central a efectos estadísticos”.

El total de “vacunados fantasma” mayores de 65 años se elevaría, entre 2012 y 2018, nada menos que a 853.716 personas, según las cuentas de la Junta. Un ejemplo: si la tasa real de vacunación en la campaña 2014-2015 “fue del 45,3 por ciento, la que comunicó el anterior Ejecutivo andaluz al Ministerio se elevó hasta el 60%, inflándose en 182.000 personas que no hay constancia alguna de que se vacunaran realmente”.

Además de la referida a los mayores de 65 años, los Gobiernos anteriores también habrían falseado tasa de vacunación entre las embarazadas y el personal sanitario, con lo que el total de falsos vacunados se aproximaría al millón, según el consejero.

El propósito: quedar bien

Para el titular de Presidencia, la conducta de sus predecesores socialistas es “un nuevo fraude”, aunque el Gobierno todavía sigue recopilando información y por eso aún no ha decidido si denunciará el engaño a la Fiscalía. De confirmarse el escándalo, quienes falsearon las estadísticas podrían haber cometido un delito de falsedad en documento público.

Según Bendodo, los datos ofrecidos provienen de un informe oficial elaborado por “los profesionales de la Inspección de Servicios Sanitarios, fruto de una investigación interna”. El propósito del fraude era situar a Andalucía en el ranking por encima de la media de comunidades en tasa de vacunación.

¿Pero se compraron más vacunas de las que realmente se administraron? Y si fue así, ¿qué fue de ellas?, le pregutaron con diferentes formulaciones varios de los periodistas presentes en la rueda de prensa. Bendodo se mostró bastante esquivo en sus respuestas, pero no tanto como para no deslizar esta insinuación: “Tengo la impresión de que se ha malgastado el dinero público".

Una batalla contra el pasado

Al igual que en otras ocasiones, el Gobierno también ha coordinado hoy su estrategia informativa con el Partido Popular, cuyo vicesecretario general, Toni Martín, ha instado en rueda de prensa a la expresidenta Susana Díaz a explicar "el fraude de las vacunas y el coste que ha supuesto para Andalucía", pues si ella no lo explica los populares tendrán "que pedirlo en los tribunales".

Más allá de cuánto de verdad y cuánto de propaganda haya habido en los sucesivos escándalos denunciados, el Gobierno conservador viene dedicando no pocas energías políticas a desacreditar la gestión de los socialistas en todos los ámbitos, pero muy especialmente en el sanitario.

“La sanidad es la primera prioridad de este Gobierno”, ha dicho hoy Bendodo, quien, no obstante, ha tenido dificultades para explicar por qué estaba habiendo protestas del personal hospitalario por recortes en la contratación cuando el consejero Aguirre había prometido que no los habría.

A raíz de las rebajas presupuestarias impuestas por la crisis y también de la falta de concentración de San Telmo en los temas de gestión, el deterioro del servicio andaluz de salud en la última etapa socialista ha dado al nuevo Gobierno la oportunidad de apropiarse de la bandera de la sanidad pública, ‘joya de la corona’ de las tres décadas y media de gobiernos socialistas. Sea como fuere, el nuevo Ejecutivo parece estar ganándole al PSOE la batalla del pasado, crucial para conquistar el futuro.