En treinta segundos, Soraya dijo cinco veces España; en veinte, María Dolores lo dijo siete. Tenemos mi altocargo y yo un amigo en los barrios altos de Madrid que para decir que algo es bueno, fetén, guay, dice, directamente, español. Así, un buen almuerzo es un almuerzo español, un día resplandeciente es un día español y una buena persona es una persona española. Y hasta hace un mes (y puede que hoy mismo) jamás habría dicho que las primarias son españolas.

Lo español era Fraga señalando a Aznar y Aznar señalando a Mariano; lo español era acudir a una plaza de toros con el cuero en la muñeca, el jersey en los hombros, la bandera en el reloj y la señora en españoleando en bolso de Vuiton. Y enrojecerse las palmas aplaudiendo. Un episodio nacional… de Berlanga.

Se indigna nuestro amigo, entre vermuts y pepinillos en vinagre, por el marrón de las primarias, una importación extranjera que no encaja bien con el tronco de la patria y sus esencias. Por el marrón que les ha dejado Rajoy, que ha dado una espantada sin el conveniente dedazo y ha provocado este baile de candidatos haciéndose los modernos que no son, porque, lo moderno puede ser moderno, pero no español. Y para ser modernos dicen muchas veces España, lo cual es un disparate conceptual y una prueba evidente de la diarrea en la que estamos perdidos desde que nos metieron la muy antiespañola moción de censura.

Mi altocargo, que sólo españolea de oídas, recupera para su amigo el relato desde la transición, cambiado los pepinillos por una anchoas xxl, ciertamente españolas. Mira, Mariano (no es broma, nuestro amigo español se llama Mariano, no parece que en memoria de Forges), el la derecha suele llegar a estas cosas con su debido retraso; lo hizo con divorcio, con el aborto, con el feminismo, con las autonomías, con los homosexuales…Suele llegar a los sitios de la historia cuando ya está la mesa puesta. El trabajo sucio es cosa de las izquierdas, que con su rollo de la superioridad moral monta el tinglado para que la gente viva mejor. Y la gente, en cuanto vive un poco mejor, se hace española, o sea, de derechas y cree que lo de Bárcenas es un poco robo pero tampoco como para ponerse así.

Bueno, Mariano, déjate de tanto lamento cavernario y dime a quién vas a votar; tu  tienes más pinta de ser de María Dolores, que se ve más española que besa de verdad cuando viste de Mantilla procesional, que la Soraya decae bastante  de recia españolidad.

--A nadie.  Por dos razones. Porque no tengo práctica y porque siempre he sido del que me han dicho que hay que votar.

--¿Te vas a abstener ?  Le dijo mi altocargo mordiéndose los labios.

--No. Es que no voy a pagar los malditos veinte euros; la patria no puede empezar por el bolsillo. Esto sí que no es español,

Y puede que no le faltara (su) razón, me dice que le dijo mi altocargo. Y que salieron a la tarde de Madrid, que resultó espléndida y tal vez un poco menos española.