Apenas 24 horas después de que, a propósito del Metro de Sevilla, la consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Marifrán Carazo, exigiera al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “explicaciones, menos conversaciones privadas, menos mítines y más dar la cara”, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a su 50 por ciento de aportación a la financiación de la línea 3, que tendrá un coste de 1.300 millones de euros que sufragarán a partes iguales el Gobierno de España y la Junta de Andalucía. 

Con la autorización definitiva del convenio, este sólo estaría pendiente de los trámites administrativos que tenga que realizar el Ejecutivo regional andaluz. El Consejo de Ministros ya había autorizado a finales de noviembre la elevación de los límites del compromiso de gasto en los ejercicios futuros, condición imprescindible para dar viabilidad presupuestaria al convenio.

El acuerdo contempla una primera transferencia de 20,2 millones de euros antes de julio de 2023 en concepto de anticipo y, a partir de 2024, se realizarán las aportaciones en función de las inversiones ejecutadas y certificadas por la Junta, sobre la que correrá a cargo la posterior explotación y mantenimiento. Este primer tramo de la línea 3 unirá la barriada de Pino Montano, en la zona norte de la ciudad, con el céntrico Prado de San Sebastián, a través de 7,5 kilómetros de vía y 12 estaciones. 

La celeridad del Ejecutivo parece haber descolocado políticamente a la Junta, que se queda sin argumentos para seguir lanzando pullas al presidente Sánchez en relación a una infraestructura sobre la que, en año electoral, ambas administraciones están deseosas de ponerse la medalla. 

Es cierto que el Gobierno de España se comprometió a firmar el convenio con la Junta antes de que acabara 2022. Se ha retrasado, por tanto, un par de semanas. No muchas, pero las suficientes para que Carazo se mostrara ayer tan displicente como lo hizo después de que el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, compartiera tribuna el domingo con el presidente del Ejecutivo y ambos dieran por hecho que la luz verde del Consejo de Ministros era inminente.

No debió parecérselo así a la consejera Carazo, también candidata del PP a la Alcaldía de Granada, que un día después del mitin volvía a insistir: "Sánchez se ha acostumbrado a participar en mítines en Sevilla pero a no dar explicación. Siempre viene con las manos vacías, sin proyectos ni propuestas. Sevilla esperaba día y hora para la firma del convenio de financiación para el Metro”.

En tono ligeramente desafiante, la titular de Fomento añadía que “con o sin convenio de financiación firmado, en febrero empezarán las obras del ramal técnico de la línea 3 del Metro, y a continuación seguirá licitando subtramos, así como la actualización del proyecto de la línea 2”. 

Ya solo con el día y la hora por concretar, Carazo ha bajado este martes el diapasón de los reproches. Hoy se ha limitado a decir que la firma del convenio "tiene que realizarse de manera urgente" tras su aprobación por el Consejo de Ministros. La consejera ha aludido incluso a una próxima visita de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y a la posibilidad de que dicha visita sea aprovechada para la rúbrica. En la misma línea que Carazo, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, insistía en que la firma "tiene y debe de ser inmediata”.

Tras conocerse la aprobación en el Consejo de Ministros del convenio, Muñoz proclamaba que los sevillanos están de "enhorabuena" y anunciaba la "predisposición" del Ministerio de Hacienda –del que es titular la sevillana María Jesús Montero– de "reducir, si la Junta de Andalucía quiere,” el plazo de ejecución fijado en ocho años. La inversión que destinará el Gobierno al tramo entre Pino Montano y el Prado es, recordaba la regidor, "la mayor" que hace el Ejecutivo en Sevilla "en los últimos años; habría que remontarse muy atrás para encontrar una financiación" similar.