Se nota que Más País debe andar corto de fondos. Con un escenario obligadamente austero y ante una audiencia de algo más de 300 personas donde era mayoría la gente de mediana edad antes que los jóvenes, Íñigo Errejón se ofreció como la garantía de que si la izquierda vuelve a obtener mayoría de escaños, como ya sucedió el 28 de abril, esta vez Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no lograrán no pactar.

El líder de Más País no personalizó en sus dos adversarios de la izquierda esta repetición de elecciones “que nunca debió tener lugar”, pero no era preciso nombrarlos para que quienes lo escuchaban en la sala Box de la isla de la Cartuja entendieran que de lo que estaba hablando casi todo el rato era de Sánchez e Iglesias. De Iglesias y Sánchez. Un “irresponsable” tanto monta, monta tanto que Errejón se comprometió a superar tras el 10-N a base de “sensatez, sentido común y pragmatismo”.

Las tres izquierdas

Más País se presenta a estas elecciones como la encarnación de una izquierda transversal, comprometida con el objetivo de que “quienes pudieron sacarnos de esto –reforma laboral, ley mordaza, bloqueo…– y no lo hicieron” se sienten a una mesa “y respeten lo que ha votado la gente”.

Entre la izquierda excesivamente institucionalizada del PSOE y la izquierda excesivamente ideologizada de Unidas Podemos, Más País se alza, y así lo repitió una y otra vez con distintas palabras Íñigo Errejón, como la izquierda “útil, responsable”, empeñada en que aquello que se ganó en el campo “no se pierda de nuevo en los despachos”.

Acompañaron a Errejón en el mitin de apertura de campaña la eurodiputada verde Marie Toussaint, las candidatas Esperanza Gómez (Sevilla), María del Mar Polanco (Cádiz) e Inés Sabanés (Madrid) y el catedrático de Derecho Constitucional y exrector de la Universidad de Sevilla Javier Pérez Royo, referente intelectual de una izquierda que navega entre la decepción y el pragmatismo y teórico de primera hora de la melancólica tesis de que el pacto constitucional del 78 se ha quebrado irremisiblemente.

El Tema

En su discurso, Errejón hizo alusión a muchos temas pero en verdad habló solo de uno. En realidad, del Tema: que las izquierdas no vuelvan a cometer “la inmensa irresponsabilidad de bloquear el país, haciéndole de paso a las derechas un regalo que no esperaban y que ellas nunca nos habrían hecho a nosotros”.

Mordiendo pero sin hacer sangre, el exfundador de Podemos hizo algunos reproches explícitos a Pedro Sánchez, señalándolo con su nombre y apellido, pero a Pablo Iglesias, cuyo nombre no citó, aunque la audiencia tampoco necesitaba que lo hiciera: todos sabían que Más País estaba ahí porque, como dijo Errejón, “algunos no han hecho el trabajo” que les encomendaron sus electores.

Carne de abstención

¿Tiene opciones Más País de obtener representación en Sevilla, y quien dice Sevilla dice Málaga, Cádiz o Granada? Su caladero de votos lo forman mayoritariamente los electores decepcionados con Sánchez e Iglesias por no haber formado el Gobierno de izquierdas que prometieron.

¿Son esos votantes contrariados, carne de abstención, lo bastante numerosos como para lograr representación en Sevilla? El 28-A, Vox necesitó 136.000 votos (12,2%) para conseguir su único diputado, aunque a Unidas Podemos le bastaron 178.000 (16%) para llevarse dos. El último escaño de los 12 a repartir en Sevilla fue para el PP, que pagó 81.000 votos por su segundo asiento en el Congreso.

Sin embargo, en Cádiz a Unidas Podemos su segundo diputado le costó 55.000 votos en abril: 5.500 votos menos y ese escaño habría ido a parar al PP. Hay, pues, como advierten PSOE y UP, un riesgo cierto de que la irrupción de MP acabe beneficiando a la derecha.

Difícil, difícil

Como admitió, con honestidad intelectual pero cierta candidez electoral, Pérez Royo en su breve intervención, "será difícil abrirse camino". ¿Difícil pero no imposible o difícil rozando lo imposible? La respuesta, el 10 de noviembre.

Una pista en su contra: aunque en el acto de anoche había al menos media docena de cámaras de distintas cadenas de televisión, a la hora de la verdad a Más País le está costando mucho más de lo previsto abrirse hueco en los telediarios.

Una pista a su favor: que virtuales sus votantes no son carne de telediario, sino más bien gente ya talludita que tal vez no sepa demasiado bien lo que quiere, pero tiene muy claro lo que no quiere.