La polémica por el mantenimiento de la bandera de Falange en un despacho del Parlamento andaluz donde se ubica una exdiputada de Vox y ahora no adscrita pero “hermanada” con Falange, sigue subiendo de tono a medida que se acerca el Día de Andalucía. La solución salomónica que adoptó la presidenta del Parlamento andaluz en el sentido de pedir, a través de un letrado del Parlamento, que se retire la enseña falangista al mismo tiempo que la bandera LGTBI y de la Unión Romaní que muestra el grupo escindido de Unidas Podemos (Adelante Andalucía) y que comparte despacho, no ha hecho más que elevar la tensión ya que consideran que es una equidistancia deplorable al equiparar ambas banderas.

La situación comienza a ser de tan grave tensión que se ha ordenado la presencia de un guarda de seguridad a la entrada de la puerta del despacho que comparten los expulsados de Adelante Andalucía y la simpatizante de Falange, la exparlamentaria de Vox, Luz Belinda (en la foto). Esta medida, que se ha adoptado a instancias de la presidencia del Parlamento, tendrá vigor al menos durante el próximo Pleno, ya que la situación es "tensa", según indican desde la Mesa de la Cámara autonómica.

Retirada inmediata de la simbología fascista

Una nueva voz que se suma a este rechazo a la exhibición del símbolo franquista en una dependencia de la Cámara andaluza es la del presidente de la Coordinadora Andaluza para la Memoria Histórica y Democrática, Antonio Manuel Mateos. El representante memorialista en nombre de su asociación ha registrado una carta en la que ruegan a la presidenta de la Cámara “la retirada inmediata de la simbología fascista de la Casa de la Palabra y la Libertad, la Casa del Pueblo Andaluz”. Mateos reclama a todas las instituciones y a los grupos parlamentarios que, en aras de “sus convicciones democráticas, marquen distancias con los opresores”. “La bandera que hoy ocupa las instalaciones del Parlamento andaluz ha quedado en la memoria colectiva de nuestra tierra como sinónimo de violencia, terror, infamia y división”, recordó.

El portavoz memorialista reivindica a la presidenta del Parlamento “que haga gala del cargo que ostenta y de su condición de representante del pueblo andaluz evitando, incluso desde la omisión, contribuir a la banalización de los que tanto sufrimiento provocaron en nuestro pueblo”.

Incompatible con la defensa de Blas Infante

La Coordinadora ha puesto de manifiesto la figura de Blas Infante, “inspirador de los principios y valores que quedaron definitivamente reflejados en el Estatuto de Autonomía para Andalucía, desde la base de los principios irrenunciables de igualdad, democracia y convivencia pacífica y justa, que identitariamente nos confiere un carácter singular como pueblo”.

Mateos ha incidido en que el Padre de la Patria andaluza “por su defensa a ultranza de la libertad, la democracia, la igualdad y la justicia social, sufrió directamente la sinrazón de la barbarie fascista pagándolo con su propia vida. Su legado sobrevivió junto con la lucha de miles de andaluces y andaluzas, víctimas todas de la represión franquista hoy reconocidas como tales por la Ley 2/217 de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, lo que ha permitido sobrevivir a los cuarenta años de dictadura y que hayamos sabido construir nuestra identidad como pueblo sobre la base de esos principios de libertad, democracia, igualdad y justicia social”.

“La bandera fascista llega de la misma mano que votó la investidura”

Tras una reunión de la Mateos con el portavoz de Cultura y Patrimonio Histórico del Grupo Parlamentario Socialista, Javier Fernández, este último ha alertado del “peligro de blanquear a la extrema derecha y de normalizar con ello los discursos de odio y contra el otro, que es lo que realmente se está consintiendo al permitir la bandera de la Falange en las dependencias del Parlamento de Andalucía”. “Moreno Bonilla está intentando mantener una posición de equidistancia para esconder realmente su dependencia de la ultraderecha. La bandera fascista ha llegado de la misma mano que votó su investidura”, zanjó.