No es lo mismo predicar que dar trigo. Ni es lo mismo exigir celeridad a los demás cuando los responsables del exceso de velocidad son estos que pisar uno mismo el acelerador cuando las consecuencias de ese acto ya no cabe atribuirlas a los otros.

Un día antes de que el Congreso vote hoy la nueva prórroga del estado de alarma que, en palabras del presidente Pedro Sánchez, “trasladará la máxima responsabilidad y la gobernanza plena a las comunidades que estén en la Fase 3”, el portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, modificaba significativamente su discurso para poner el énfasis en “la prudencia, la moderación, la responsabilidad y la calma” y olvidarse de las prisas que lleva metiendo desde hace semanas al Gobierno de España para que acelere la desescalada en Andalucía.

Parece casi seguro que a partir del próximo lunes, 8 de junio, Andalucía entrará en la Fase 3, aunque está en duda si lo harán Málaga y Granada, las dos provincias rezagadas por decisión gubernamental y cuyo retraso la Junta ha venido atribuyendo machaconamente a “razones políticas y no técnicas o sanitarias”.

Aun quedando todavía en la Fase 2 Málaga y Granada, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), declaraba el lunes que la Administración autonómica autorizaría la movilidad entre las otras seis provincias si recuperaba las competencias para poder hacerlo, algo que podría suceder el próximo lunes.

Sin embargo, 24 horas después llegaba el portavoz con las rebajas. No habrá movilidad hasta que las ocho provincias estén en Fase 3, decía Bendodo ayer rectificando a Marín.

El portavoz cerraba así la opción de una Andalucía de dos velocidades que tanto ha reprochado al Gobierno central pero que su vicepresidente había dado por buena un día antes: “La movilidad entre provincias es algo razonable, pero tiene que ser entre toda Andalucía", zanjaba el también consejero de Presidencia y vicepresidente de facto del Gobierno andaluz.

Tras conocer la rectificación del consejero al vicepresidente, muchos vecinos Jaén o Córdoba se preguntarían por qué no iban a poder desplazarse a Almería y lo mismo se preguntarían los miles de sevillanos deseosos de viajar a las playas de Cádiz o a las sierras de Huelva. ¿Quedarán atrapados desde el lunes en su provincia por razones sanitarias o más bien por razones políticas?

Fue también el propio Bendodo quien se ocupó de trasladar esta recomendación preventiva a los alcaldes andaluces: que no autoricen ni celebren actividades recreativas ni espectáculos públicos de carácter ocasional o extraordinario, como ferias o romerías, en tanto la situación de la crisis sanitaria motivada por el covid-19 lo permita.

La recomendación a los alcaldes había partido de la Consejería de Salud, consciente de que se trata de "eventos con una coincidencia masiva de personas sin que existan expectativas razonables de que se respeten las distancias mínimas de seguridad, debido a la propia naturaleza de las actividades desarrolladas en las mismas".