Es oficial, más de la mitad de los acuíferos de los que bebe el Parque Nacional de Doñana están en estado de ‘alarma’. Lo revela el último informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) correspondiente al año hidrológico 2021/22. Pero el informe, ya de por sí crítico, tiene otra letra pequeña: la contaminación de los acuíferos también llega a un punto de no retorno.

Tras 107 mediciones en 95 puntos diferentes el informe detecta concentraciones de nitratos en zonas consideradas vulnerables y decreta que los acuíferos de Almonte o Rocina están en “mal estado químico". ¿Qué quiere decir esto? Ni más ni menos, que las aguas que emanan de escorrentías de los cultivos de regadío y que se filtran al acuífero están contaminadas de químicos y fertilizantes.

La CHG había apreciado indicios en informes anteriores, pero este muestreo específico confirma el problema que tiene que ver con la contaminación que provoca la actividad agraria, pero también con la mala depuración de las aguas fecales de los entornos urbanos, que también se filtran a los acuíferos.

“El problema es que Doñana está a un paso de convertirse en una charca maloliente”, dice el responsable de la oficina técnica de SEO Birdlife en Doñana, Carlos Dávila. Los ambientalistas alertan de que los nitratos están presentes no solo en las aguas superficiales, sino también en los acuíferos, como confirma la ahora la CHG.

La “ausencia de controles” en los productos fitosanitarios usados en los regadíos intensivos, pero también en la depuración de aguas fecales, explica Dávila, apuntando a la Junta de Andalucía están en el origen de una situación “difícilmente reversible, ya que es casi imposible anular la contaminación del acuífero” que abastece a un entorno condenado a la toxicidad “si no se toman medidas inmediatas”.

Fertilizantes de muerte

La eutrofización es el proceso que amenaza a la mayor joya ambiental de la península Ibérica. El uso de nitrógeno y fósforo altamente concentrados en los fertilizantes de fosfatos y nitratos en la agricultura intensiva, a priori, no tiene que perjudicar al hombre. El problema es que su concentración hace que proliferen microrganismos y algas con mayor facilidad, hasta el punto de que un manto de algas podría cubrir las aguas superficiales bloqueando la entrada de luz o aumentando la toxicidad de las aguas subterráneas reduciendo el oxígeno existente.

Los efectos son un “equilibrio ecosistémico quebrado que afectaría a anfibios, invertebrados, peces y hasta aves”, explica Dávila, que describe un futuro muy negro para el ecosistema, ya que las aguas superficiales y subterráneas “no son entes independientes, sino que están interconectadas, con lo que estamos vertiendo toxicidad al fondo”.

A pesar de la protección del Parque como Patrimonio de la Humanidad y de la propia cuenca como Reserva de la Biosfera, el uso de los fertilizantes en la agricultura del entorno de Doñana afecta a la calidad del agua y ya está implicando alteraciones en las aves. Un reciente estudio señala como la presencia de estos químicos altera el tamaño y el grosor de los huevos de especies emblemáticas de Doñana, como son el águila calzada o el milano negro.

Sin respuestas desde la Junta

Mientras estas sustancias continúan vertiéndose al subsuelo, las soluciones aparecen lejos, dada la pantanosa respuesta política. El informe técnico de la CHG, dependiente del Ministerio que dirige Teresa Ribera, lo que hace que la Junta de Andalucía desmerezca los datos. 

“Es de todo menos objetivos y técnico” y está “cargado de subjetividad en el marco de los intereses políticos de un determinado partido”, dice el portavoz de la Junta de Andalucía y consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco. El portavoz afirma que el informe está originado en la Proposición de Ley para la legalización de regadíos en la corona Norte de Doñana. No obstante, el estudio técnico del estado del acuífero se viene publicando anualmente.

Por su parte, la CHG advierte que el estudio ya cuenta con las infraestructuras hídricas que se prevén puedan aliviar las urgencias del humedal. La entidad dependiente del MITECO ha rehusado participar en las sesiones del Parlamento de Andalucía donde se debate la futura Ley de regadíos, rechazando de pleno en marco conceptual que impulsa el PP y la Junta de Andalucía.

La Confederación ha anunciado esta misma semana la intensificación de las inspecciones y el control de las extracciones ilegales de agua. De hecho, informan del cierre de 13 pozos ilegales y los procesos abiertos para la clausura de un total de 407 pozos, ya sancionados y que cuentan con resolución firme.

“Punto de no retorno”

Ante este panorama, no solo desde Seo/Bird Life alertan de la urgencia para tomar medidas. WWF también urge a la Junta de Andalucía para que “abandone la inacción” y aplique la Ley vigente, en referencia al Plan Especial de Ordenación de Regadíos de la Corona Norte Forestal de Doñana, el conocido como Plan de la Fresa, lo que implica el fin de la . , con el cierre de pozos y fincas ilegales y que paralice la proposición de ley (PL) que sigue su tramitación en el Parlamento de Andalucía.

Los ambientalistas de WWF instan también al MITECO a incrementar su vigilancia para evitar “la impunidad” que reina en muchas hectáreas ilegales del entorno de Doñana. En el interior del Parque Nacional, la sequía y la mano del hombre continúan generando escenas nunca vistas, como la de la laguna de Santa Olalla, la que era la mayor de agua permanente del Parque, convertida en un erial por segundo año consecutivo. Lo grave es que ahora sabemos que el agua que hay en el subsuelo también está contaminada.