Su nombre es José Ruiz García y ha sido el primero de los citados ayer y hoy por la comisión parlamentaria de investigación de la Faffe que ha aceptado someterse a las preguntas de sus señorías. La acepción ha sido, sin embargo, más formal que real, pues Ruiz ha dicho que él era propietario del club Don Angelo, pero no solía ir por allí y no conocía a Fernando Villén, el presidente de la fundación que en marzo de 2010 pagó en una sola noche 14.737 euros con una tarjeta de la Junta.
La declaración de Ruiz –cuya imagen no ha sido difundida– se resume en pocas líneas: fue su encargada quien cobró los cargos de la tarjeta y quien tres días después los anuló al entregarle el dinero en metálico una persona de confianza de Villén; no sabía si a Don Angelo iban funcionarios o políticos de la Junta porque él era el dueño pero no regentaba el negocio; no recuerda el precio de las copas; en su local no se prestaban servicios sexuales, era solo un negocio de copas; una cuenta de 15.000 euros por una sola noche no era algo extraordinario ni en su local ni en otros.
Felicitación con retranca
La actitud respetuosa pero esquiva del compareciente irritó a la diputada del Ciudadanos Teresa Pardo, única que le recriminó de manera indirecta su falta de colaboración, dejando constancia en tono irónico de su “felicitación al asesor del señor Ruiz”.
Más interés que las escuetas contestaciones de José Ruiz tuvieron las preguntas y reflexiones de los parlamentarios. Sin duda, el comentario más llamativo fue el del diputado de Adelante Andalucía Nacho Molina, cuando, tras agradecerle reiteradamente a Ruiz su comparecencia, le dijo esto: “Respetamos mucho su actividad comercial”.
El comentario del diputado contrasta con la posición enérgicamente beligerante de su grupo político y de la coordinadora del mismo, Teresa Rodríguez, contra la prostitución.
Molina fue, por lo demás, el único diputado que defendió el buen nombre de los trabajadores de la Faffe, que “no fueron miles ni todos enchufados como ha dicho la diputada del PP, y lo están pasando muy mal con todo esto; allí había buenos profesionales que merecen un respeto y a los que no se puede tratar como si fueran un cubo de basura”. Para ilustrar que demasiados políticos en España celebran sus éxitos en prostíbulos, el parlamentario morado también recordó los “volquetes de putas” supuestamente contratados por dirigentes del PP de Madrid.
"Como en las discotecas"
También la diputada del Partido Popular Ana Vanesa García se mostró extremadamente exquisita al denominar la verdadera naturaleza del negocio del señor Ruiz, al que eufemísticamente se refirió en varias ocasiones como “su actividad mercantil”.
El diputado socialista Rodrigo Sánchez de Haro, que renunció a hacer preguntas al compareciente, hizo en su intervención inicial una condena explícita de la explotación sexual de las mujeres. También expresó su repulsa la diputada naranja.
Por lo demás, quien con más ahínco intentó sacar algo de provecho del propietario del club de alterne, clausurado hace años, fue la diputada de Vox Ángela Mulas, que intentó que Ruiz reconociera que en su negocio se comerciaba con el sexo. El empresario lo negó asegurando que en “muchas discotecas” los precios eran iguales que los de su local y que no eran raras facturas tan elevadas por una noche. Obviamente, nadie le creyó.