Archiconocida ha sido la noticia de esta semana que daba a conocer los más de 2.000 casos de mujeres a las que el sistema de cribado de detección precoz de cáncer de mama les ha fallado en Andalucía y ha dado diagnósticos dudosos que hay que repetir. Decenas de medios de comunicación se han hecho eco de este fallo en sus páginas, pero no en la derecha mediática, que ha optado por guardar silencio alrededor de esta cuestión a pesar de haber explotado hasta la saciedad los presuntos fallos de las pulseras antimaltrato hace tan solo unos días.
La consejería de Salud ha admitido que son 2.000, y subiendo, las mujeres andaluzas cuyas mamografías presentan "alguna duda" y que aún no habían sido informadas de ello. La propia consejera de Sanidad, Rocío Hernández, aseguró que parecían dos o tres casos aislados, pero la realidad era mucho más grande: hasta 2.000 pruebas por repetir bajo un fallo de gestión al no haberlas mantenido informadas. Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha anunciado un plan de choque y un cambio en el protocolo de cribado de cáncer de mama para "perfeccionarlo". Ahora, "lo cambiaremos y daremos toda la información para que el paciente tenga toda la información, sabiendo que la probabilidad de que tenga cáncer es mínima, pero que al menos sí tenga conocimiento", ha indicado Moreno.
Sin embargo, esta reacción podría ser ya tardía para muchas de estas mujeres, como trasladaba el pasado miércoles la presidenta de la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla (Amama), Ángela Claverol: "¿Y si de las que se han ido era una de las que nunca le llegaron a avisar?", se cuestionaba entre lágrimas.
Silencio en este caso, ataques con las pulseras antimaltrato
Pese a lo noticioso de la situación, la posición adoptada desde los medios conservadores ha sido la del silencio y la de pasar por esta cuestión de puntillas para no perjudicar al Ejecutivo del PP de Moreno Bonilla, que ya está bajo fuerte escrutinio por cuestiones también relacionadas con la sanidad y la educación públicas. No fue así, no obstante, con los presuntos problemas de las pulseras antimaltrato gestionadas por la Sala COMETA, que pese a haber sido desmentidos y matizados por la propia entidad responsable de la gestión de estos dispositivos, fueron objeto de críticas, señalamiento y desinformación de parte de los medios conservadores.
Los propios trabajadores de la Sala Cometa denunciaron, en una carta abierta a la que tuvo acceso en exclusiva este medio, "manipulación" y "tergiversación" en las informaciones sobre su labor y sobre lo ocurrido con estos dispositivos durante estos días, tanto en la prensa como en el plano político.
"Queremos denunciar el uso interesado y malintencionado de la información que algunos trabajadores y ex trabajadores de la Sala Cometa están difundiendo en los medios de comunicación con fines que no entendemos ni apoyamos. Queremos desvincularnos de toda esta información falsa y tergiversada de la que se están haciendo eco los medios y que solo están consiguiendo causar miedo y desconfianza. Miedo tanto de las víctimas que piensan que no estamos protegiéndolas adecuadamente y miedo por nosotros mismos porque hemos visto como se ha expuesto nuestro lugar de trabajo sin tapujos y sin pensar en el riesgo que puede causarnos", arrancaba la misiva, que reconocía que "si bien es cierto que durante los primeros meses el funcionamiento de los dispositivos y de la plataforma no era el esperado ni era adecuado", y destacaba que, ante ello, "tanto los operadores como nuestros responsables hemos denunciado y colaborado en todo lo que estaba en nuestra mano para que se consiguieran las mejoras de nuestras condiciones, mejoras en el desarrollo de los dispositivos, de la plataforma y protocolos". "Estamos convencidos del correcto funcionamiento de los dispositivos y pedimos que cesen los ataques que estamos recibiendo y las desinformaciones que estamos teniendo que leer sobre nuestro trabajo", sentenciaban los trabajadores.
A su vez, cabe recordar que el Ayuntamiento de Ciudad Real, gobernado por el Partido Popular de Francisco Cañizares, detectó fallos en varias pulseras antimaltrato y no informó ni al Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha ni a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de ello. La situación ha sido duramente criticada por la consejera de Igualdad, Sara Simón, quien ha acusado al equipo de Gobierno municipal de haber hecho oídos sordos y de saltarse los cauces oficiales en un asunto tan sensible como la protección de mujeres víctimas de violencia de género.
La polémica estalló después de que un medio de comunicación local publicara que siete mujeres de Ciudad Real habían tenido problemas con sus pulseras de control telemático. Según esa información, el Centro de la Mujer de Ciudad Real elaboró un informe que fue trasladado al Consejo Local de la Mujer y difundido a la prensa, pero nunca remitido al Instituto de la Mujer ni a las autoridades judiciales y policiales, que son quienes deben supervisar este sistema.
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