Malas noticias para la izquierda en Andalucía: el PSOE se queda como está -y está en su peor momento- y las fuerzas situadas a su izquierda pasan de 17 a 11/13 diputados, de los que 10/12 irían a Unidas Podemos por Andalucía y 1/2 para la marca Adelante que lidera Teresa Rodríguez.

Este uno de los datos que arroja la encuesta de NC Report para La Razón publicada hoy por el diario del grupo Planeta, que también augura un resultado espectacular para el PP merced al hundimiento sin remisión de Cs, que pasaría de los 21 escaños logrados en diciembre de 2018 a solo 2/3 que además serían irrelevantes a efectos de aritmética parlamentaria.

El PP de Juan Manuel Moreno sumaría más de medio millón de votos que se traducirían hasta en 20 escaños más, pasando de los mediocres 26 de hace tres años a 44/46, si bien lejos todavía de los 55 de la mayoría absoluta.

El sondeo es un argumento más en favor del adelanto electoral, que en San Telmo ya barajan sin disimulo tras convencerse de que esta vez Vox no apoyará los presupuestos y tras haber acogido con frialdad una mano tendida del PSOE de Juan Espadas que 'los hombres del presidente' nunca creyeron sincera.

Moreno necesitaría de nuevo a Vox para ser presidente. Los de Santiago Abascal están de enhorabuena no solo porque Cs desaparece de la mesa de juego como ellos querían, sino porque sus cartas mejoran significativamente: la formación ultra pasaría de sus actuales 12 diputados a 15/17, con lo que su peso en las políticas autonómicas sería mucho mayor que en la actual legislatura, en que Vox se ha visto relegado al poco lucido papel de 'tercera pata' del Gobierno autonómico. La ultraderechista Macarena Olona podría ser la futura vicepresidenta de la Junta de Andalucía.

En votos, el PP sumaría algo más de 518.000, traducidos en 18/20 diputados más. De ese medio millón largo de votos, nada menos que casi 476.000 fueron en su día de Cs. Para el partido de Inés Arrimadas no está siendo un buen negocio político ni el Gobierno de coalición ni la docilidad, sobrevenida o calculada, del vicepresidente Juan Marín ante el PP.

El líder regional de Cs ha sido abducido por el Partido Popular hasta el punto de que, pese a la propaganda voluntarista del aparato naranja, para el votante centrista o conservador resulta muy difícil identificar qué políticas concretas de San Telmo llevan la marca de Cs: en realidad, en Andalucía todas llevan la marca del PP, al contrario, por cierto, de lo que sucede en el Gobierno de España, donde Unidas Podemos sí ha logrado eludir el abrazo del oso que amenaza a todo partido pequeño que se coaliga con uno grande.

En porcentajes de voto, el PP pasaría del 20,7 por ciento de 2018 a un 34,9; el PSOE empeoraría un poco, pasando del 27,9 al 27,2; Vox subiría del 11 por ciento al 14,7; Cs pasaría del espectacular 18,3 a un raquítico 5,1; y lo que en 2018 fue Adelante Andalucía quedaría también muy disiminudo: el 16,2 de hace tres años se desgajaría en un 11,2 para Unidas Podemos y un 3,4 para el nuevo y muy mermado Adelante que lidera Teresa Rodríguez.

Además de Cs, cuyo devastado escenario figura en el guion electoral desde hace muchos meses, quien deberá observar con mayor inquietud estos resultados es Juan Espadas, para quien sería un fracaso no ya tener que conformarse con los malos resultados de Susana Díaz, sino ver al PP asentarse como nueva fuerza hegemónica en Andalucía. Por ahora, los sondeos no detectan ningún 'efecto Espadas'.