Más que hablar, se diría que ha estallado. El estallido de ira se produjo ayer durante una Eucaristía celebrada en la catedral de Granada, donde el arzobispo Javier Martínez arremetió contra la ley de la eutanasia y la ley trans con una dureza extrema: tan extrema que sus reproches al Gobierno coinciden en buena medida con los que suele lanzar la extrema derecha de Vox.

Para Martínez, dichas leyes son "inicuas, en cierto sentido criminales" y suponen "una ofensa a la razón humana". No faltarán, sin embargo, expertos que consideren que quien quizá está ofendiendo a la razón sea el propio arzobispo, cuyas opiniones sobre la identidad sexual de las personas no parece que estén sustentadas en un conocimiento siquiera mediano de la literatura científica más básica sobre estas cuestiones.

Cuidado con el PP

El alineamiento de Martínez con posiciones cercanas a la extrema derecha no es nuevo. En marzo de 2019, antes de las elecciones generales de abril, el arzobispo de Granada publicó una carta para “orientar” a los electores cristianos. Con el título de “Trágica confusión en el pueblo cristiano”, el polémico jerarca ponía en cuestión al PP, al que no nombraba en su larga carta, preguntándose por la conveniencia de "votar a una cierta derecha".

Quería compartir entonces con su feligresía la preocupación que le embargaba al oír reiteradamente “en ambientes que se consideran verdaderamente católicos” que se disponían a votar a una opción política representada por un partido al que perciben como el más cercano a “la visión cristiana del mundo”. Y añadía, en referencia clara al PP: "Por muy paradójico que parezca, votar a una cierta “derecha” es votar a una cierta “izquierda”, hasta el punto de que esa “derecha parece a veces casi subvencionada".

Ofender a la razón

En su homilía de ayer domingo, sostuvo monseñor Martínez que "la realidad es la realidad" y "quien ha nacido" hombre o mujer lo será "siempre", "le pongan las hormonas que le pongan" o al margen de "las operaciones que le hagan".

El arzobispo granadino se refirió a estas dos leyes "ante las que la Iglesia no puede callar", entre otras cosas, dijo, porque "suponen una falta de respeto inmensa a un pueblo que está todavía saliendo de una pandemia" y "que se aprueban aprovechando determinadas circunstancias para que ese pueblo no pueda reaccionar, ni manifestarse, ni expresar su sentir, independientemente de que sea una mayoría o una minoría".

Javier Martínez señaló a los fieles que "estamos en el camino hacia una tercera dictadura, de un modo o de otro, porque se imponen leyes que van contra el bien común". "Que la ley trans, por ejemplo, convierte el sentimiento en categoría jurídica. No es la primera vez que pasa. En los años 30 y 40 del siglo pasado, el sentimiento de superioridad de la raza aria dio lugar a millones de muertos cuando se convirtió en ley", argumentó.

Llamó así a "aprender de nuevo a ser libres frente a estas dos leyes, que son además una ofensa a la razón humana en muchos sentidos; que haya que defender que una persona puede ser castigada por la ley por haber dicho que sólo hay hombre y mujer, significa que las evidencias han caído", según recoge Europa Press.

Sostiene que "esto no significa ningún juicio sobre ninguna persona, de ningún tipo, ni transexual de ninguna clase. Pero la realidad es la realidad (...) no se puede cambiar. Quien ha nacido hombre será siempre hombre; quien ha nacido mujer será siempre mujer. Le pongan las hormonas que le pongan, le hagan las operaciones que le hagan", ha recalcado.

Junto a ello ha advertido de que "hay una historia de suicidios vinculados a eso que se oculta en una época en que en los Estados Unidos esa práctica se hizo con niños recién nacidos, durante diez años y luego se prohibió. Se prohibió --ha remachado-- porque muchos de esos niños terminaban o en instituciones mentales o en el suicidio".