El Gobierno andaluz de PP y Cs puede que no tenga las mejores cartas políticas para sacar adelante el Presupuesto de 2022, dadas las reticencias de Vox, pero sí tiene buenas cartas jurídicas: la legislación le permite prorrogar mediante decreto ley las cuentas actuales sin perder por ello los cientos de millones de fondos europeos Next Generation que el año próximo llegarán a Andalucía vía Gobierno de España.

Es lo que, aunque como parte interesada, opina el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, que así viene recalcándolo en los últimos días. Pero también piensa lo mismo el exconsejero socialista de Economía y portavoz de su partido en la Comisión de Hacienda del Parlamento, Antonio Ramírez de Arellano.

Sin embargo, Arellano se teme que el Ejecutivo que preside Juan Manuel Moreno volverá a hacer la misma maniobra que ya hizo en marzo de este año para incorporar, mediante una modificación presupuestaria, los casi 634 millones de euros del Fondo de Liquidez REACT-UE anticipados a Andalucía para afrontar los gastos extraordinarios contra la Covid-19.

Sin explicaciones

“Aunque se sabía que esos fondos iban a llegar a Andalucía, decidieron no presupuestarlos en el proyecto de ley para así no tener que dar explicaciones ni al Parlamento ni a sus socios de Cs o Vox”, argumenta Arellano, para quien “es un escándalo que habilitaran 450 millones de euros para un Fondo de Contingencia que no sabemos cómo ni en qué ni si se ha gastado”. Para el exconsejero, lo que en realidad ha tenido lugar este año ha sido “una prórroga encubierta del Presupuesto”.

Así lo explica Arellano en conversación con El Plural: “Cuando se tramitó el Presupuesto 2021 ya se sabía, de forma aproximada, el reparto de los Fondos REACT-EU; por eso exigimos que se presupuestaran y se aclarase su destino; se nos dijo que no, pero que cuando llegaran se incorporarían al Presupuesto y se darían explicaciones. Pues bien, unos primeros llegaron en marzo y se incorporaron al Presupuesto como nuevos ingresos… y no se ha dado explicación alguna”.

En cuanto al Presupuesto de 2022, que el Gobierno puede tener dificultades para aprobar si Vox mantiene su amenaza velada de no respaldarlos y tampoco fructifican los futuros pero inciertos contactos con el PSOE, Arellano recuerda que la Junta podría prorrogar los actuales sin mayores contratiempos, salvo, naturalmente, el hándicap político de que quedaría patente la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.

De hecho, el vicepresidente Juan Marín viene sosteniendo que la prórroga no sería una mala solución. El argumento tiene varias ventajas: envía a Vox el mensaje de que su apoyo es políticamente valioso pero no determinante, rebaja la excepcionalidad de una prórroga presupuestaria y deja abiertas todas las opciones a un adelanto electoral en 2022.

Por lo demás, Arellano no es del todo pesimista sobre las posibilidades de que el PP alcance de un acuerdo con el PSOE para pactar las cuentas del año que viene. Sería, ciertamente, una situación inédita, pero los socialistas quieren intentarlo, siempre, claro está, que San Telmo acepte incorporar importantes partidas para gasto social.

El diputado socialista aventura que una dificultad tal vez insalvable de la negociación sería que un acuerdo con el PSOE obligaría al Gobierno andaluz a “renunciar a la opacidad que tanto les gusta practicar, ya que tendrían que darnos todos los datos del proyecto presupuestario. Seguramente preferirán incorporar esos fondos europeos sin dar explicaciones”.

Aprietos para Moreno

“La oferta de Juan Espadas de pactar el Presupuesto andaluz de 2022 pone en aprietos a Moreno porque va en serio y obligará al PP a retratarse: o Vox o el PSOE”. Así opina un nombre muy destacado del socialismo andaluz sobre la oferta del secretario general del partido al presidente autonómico de sentarse a negociar las cuentas del año que viene.

En conversación con El Plural, la misma fuente admitía, sin embargo, que el principal beneficiario de una ‘grosse koalition’ presupuestaria sería Juan Manuel Moreno, que afianzaría así su imagen de presidente moderado y dirigente popular encuadrado en el sector más templado del partido que encabeza el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo.

“Por eso me parece poco probable que pueda haber finalmente un acuerdo presupuestario: para Juan [Espadas] no sería fácil gestionar el día después de ese pacto y además nuestro electorado no lo entendería, salvo que el Presupuesto incluyera fuertes partidas sociales que no creo que el PP aceptara”, reflexionaba el interlocutor socialista.