El último pleno del Ayuntamiento de Estepona dejó una escena tensa y reveladora: el alcalde, José María García Urbano (PP), interrumpió de forma abrupta a la portavoz socialista, Emma Molina, cuando esta intentaba abordar las causas judiciales abiertas que afectan directamente al regidor. Molina, en uso de su turno de palabra, estaba exponiendo de forma clara los escándalos en los que está implicado el alcalde, cuando fue interrumpida y censurada por el propio García Urbano.

El alcalde popular, que ya fue imputado por contratar presuntamente de forma irregular a una mujer con la que mantenía una relación personal —sin que esta acudiera a su puesto de trabajo—, se enfrenta ahora a una nueva imputación por un presunto delito de violencia de género.

Tal como refleja el vídeo del pleno, lejos de asumir responsabilidades o dar explicaciones, García Urbano optó por bloquear el debate, una actitud que desde la oposición califican de autoritaria. No es la primera vez que ocurre. Según el PSOE, este tipo de comportamientos son constantes desde que asumió el cargo, ejerciendo la alcaldía “como si el Ayuntamiento fuera su cortijo particular”.

Ante esta situación, la portavoz socialista, Emma Molina, ha exigido la dimisión inmediata del alcalde y ha preguntado a que espera: “Si tiene algo de dignidad, debe dar ya un paso al lado”. También el presidente del PSOE de Málaga y ex alcalde de Marbella, José Bernal, ha reclamado al presidente andaluz y líder del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, que aplique el código ético del partido y cese a García Urbano de forma inmediata.

Cortina de humo mediática

Desde el PSOE local denuncian, además, que el alcalde está intentando desviar la atención de su situación judicial mediante una campaña mediática basada en titulares triunfalistas, como el reciente anuncio de un “saldo de deuda cero” en las cuentas municipales. “No es más que una operación de propaganda para encubrir su imputación por malversación de fondos públicos”, afirman los socialistas.

La oposición, que asegura no sentirse intimidada, reafirma su compromiso con la fiscalización del gobierno local. Emma Molina ha dejado claro en numerosas intervenciones y ruedas de prensa que seguirá ejerciendo su labor: “Nada me hará abdicar de mis principios ni de la obligación política que tengo con la ciudadanía de Estepona”, aseguró.

El escenario político en Estepona se complica para el regidor, que afronta uno de sus momentos más delicados desde que accediera a la alcaldía, con un horizonte judicial cada vez más comprometido.

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