Juan Rosa Mateo, el entrañable personaje de “El Pulga” de Dúo Sacapuntas, que se hizo famoso a finales de los 80 a raíz de sus apariciones en el programa televisivo de moda y mítico “Un, dos, tres... responda otra vez.”, no tiene derecho a una calle en su ciudad, en su Málaga natal.

Juan, tras la cancelación del programa de Chicho Ibáñez Serrador, no paró de trabajar y continúo en el escenario y platós con espectáculos en directo y en el programa Vaya.com de la televisión de su tierra, Canal Sur, hasta poco antes de su fallecimiento. Del grado de popularidad da cuenta de que ambos humoristas obtuvieron el Premio TP de Oro, considerado entonces el galardón de mayor reconocimiento, otorgado además por votación popular.

"La plaza estaba abarrotá" y “veintidó, veintidó,veintidó...”

El hombre -pequeño de altura, grande de alma- que junto a su compañero Manolo Sarria se hizo con el cariño y la admiración del público gracias a sus escenas humorísticas con latiguillos tales como "La plaza estaba abarrotá", “musho, pero musho, musho, musho...” y “veintidó, veintidó,veintidó...” no tendrá una calle rotulada con su nombre en la ciudad que lo vio nacer un 3 de febrero de 1951. El malagueño, que antes de entrar en las salas y casas de los españoles cautivando a las familias con sus frases adoptadas por el vocabulario cotidiano de la gente, trabajó en un taller de pintura hasta antes de ser artista, no tiene espacio en su ciudad para una calle. El más bajito del dúo, el que daba la imagen de perdedor, el pequeño que se llevaba todas las collejas y era objeto de que mostraba su faz ingenua, no tiene rótulo ni nomenclátor que le escriban en su patria local.

El popular humorista, con renombre en toda España pero malagueño sin calle en Málaga, Juan Rosa Mateo, “El Pulga”, falleció solo y en la cama de su apartamento de Torremolinos, repentinamente en la madrugada de diciembre de 2002 de un súbito y feroz infarto por trombosis mientras dormía. Juan fallecía diabetes y días antes se quejaba de dolores en el brazo y en el tórax. Su pequeño pecho no pudo torcer a la diabólica obstrucción.

“Por Málaga, moría”. “Se levantaba tarde y a la hora de comer pedía café con leche”

“Moría por ella”, recordaba tras su fallecimiento su compañero en el Dúo Sacapuntas, Manolo Sarria, en alusión al amor que sentía Juan por su tierra y ciudad natal, Málaga. “Tenía muchas cosillas, era un tío que se levantaba siempre muy tarde porque no le gustaba madrugar ni nada de eso. Cuando lo hacía ya era casi mediodía, y cuando pedíamos para comer, él siempre quería un café con leche”, revelaba su amigo. “En su papel de perdedor, era al que más quería la gente". Era una persona "muy cariñosa y muy entrañable" y como muestra de su gran corazón recordaba un generoso gesto de Juan: el taller de pintura de coches que tenía en Málaga se lo dejó a los trabajadores cuando comenzó a actuar en televisión.

Los descubre Chicho Ibáñez serrador tras verlos actuar

La carrera artística de Manolo Sarriá y Juan Rosa comenzó en un pub de Málaga tras una convocatoria de un certamen de cuenta-chistes, en el que ambos eran competidores. Finalmente empataron y contrataron a los dos. A partir de ese momento se convirtieron en el “Dúo Sacapuntas”, denominados de esta manera porque decían de ellos que le sacaban punta a todo. Comienzan a recorrerse los pueblos de Málaga, de feria en feria con sus actuaciones. Poco a poco, saliendo adelante así empezaron a hacerse un hueco en el complejo mundo del humor. En 1987 llegó la gran oportunidad que les cambió la vida mientras actuaban en la gala de presentación de un nuevo vehículo de Peugeot en El Puerto de Santa María. El cazatalentos Chicho Ibáñez Serrador les descubrió (Manolo iba vestido de torero y Juan de monosabio) y supo ver que estaba ante dos enormes humoristas. Como director del programa televisivo de moda, “Un, dos, tres...”, Ibáñez Serrador quedó encantado y les propuso trabajar en “Un, dos, tres...”. Y de ahí al éxito nacional.

Un parque deteriorado con su nombre

En 2006, cuatro años después de su muerte, el Ayuntamiento dedicó un simple parque al humorista en su barrio de Ciudad Jardín. No fue ni una calle ni una plaza, sino un parque. La propuesta fue avalada por 15.000 firmas de vecinos y amigos. Posteriormente, actos vandálicos y la desaparición de parte del mobiliario, provocaron que durante un año, la hermana del humorista, Purificación Rosa, reclamase al Ayuntamiento el adecentamiento del parque: "Había una placa con su foto, en cerámica, que arrancaron a patadas además de cuatro papeleras, falta un banco y ya no están los columpios. Las dos pistas de petanca se utiliza como pipicán para los perros. Me duele ver el parque así, porque esto es por él", se queja su hermana. El espacio recordaba a la canción de Víctor y Diego que decía en 1975: “Hay un parque aquí en mi barrio que esto no es parque ni es ná”.

PP y Ciudadanos no quieren una calle para “El Pulga”

Y así hasta la fecha en el que una iniciativa impulsada por Manolo Sarria ha recogido más de 46.000 firmas para que Juan Rosa Mateo tenga, por fin, una calle en Málaga. Una riada de firmas de ciudadanos malagueños que, sin embargo, no han servido para que el Equipo de Gobierno de PP y Ciudadanos más un tránsfuga, accedan a aceptarla. Ante la negativa, el grupo municipal socialista del Ayuntamiento de la capital llevó la propuesta a la Junta de Portavoces del Ayuntamiento y más tarde a la comisión de Derechos Sociales. Se encontró con el muro del “no”. La concejala de Cultura, la naranja Noelia Losada, informó que la propuesta de la calle para El Pulga fue desestimada por los técnicos porque ya cuenta con un parque en Málaga. PP y Cs no le consideran merecedor de una calle. Ni haberlo llevado a pleno ni haberlo tratado antes como moción institucional sin revelar que venía de la mano del grupo socialista, ha merecido el sí. El alcalde reveló al portavoz socialista que Juan no era figura tan destacada.

Puede que no fuera un gran científico ni un enorme literato ni un destacado político ni un relevante arquitecto, pero cuando se menciona el nombre de 'El Pulga' en Málaga estamos recordando algo que surgió del pueblo y vive en el pueblo, en su pueblo. Pero además de ello, su figura, pequeña, de “derrotado”, el hombre bueno que se llevaba todas las collejas, trascendió las fronteras de ciudad e hizo reír a millones de españoles. Los grandes nombres no se escriben siempre con “Don o Dña.”. El nombre de Juan Rosa Mateo, “el Pulga”, deberíamos verlo en las calles de Málaga porque además de justo es, en esta época de tristezas, necesario".