Es difícil determinar en que momento la preocupación por el medioambiente y el cambio climático se convirtió en algo global. Hemos visto reportajes que ya hablaban de la influencia de las emisiones industriales en el clima en los años cincuenta. Pero no ha sido hasta los últimos años que el asunto ha pasado a primera.

Secuela de 'Una verdad incómoda'

Quizá la primera acción propagandística a gran escala fue Una verdad incómoda. En 2006, Al Gore protagonizaba un documental que exponía la gravedad de la situación. Con riqueza de imágenes y datos, mostraba, por ejemplo, la velocidad exponencial a la que el clima de la Tierra ha subido en los últimos años. Y cómo este alza ha sido en paralelo al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Al Gore aprovechó su ascendencia como vicepresidente durante el mandato de Bill Clinton y la extraña derrota contra George Bush Jr en las elecciones de 2000. Desde entonces, Gore se dedicó a ser el evangelista de la verdad ecologista. Esa verdad incómoda.

Al Gore contra Trump

Ahora vuelve a la carga con Una secuela incómoda. Porque, según Gore, pocas cosas han cambiado significativamente desde hace diez años. Pero sobre todo, esta secuela quiere incidir en un asunto que parece que está cobrando fuerza en Estados Unidos. La negación del cambio climático. Y sitúa a Al Gore frente a Donald Trump, como un superhéroe enfrentado a un supervillano. Lógicamente Gore emplea todas las armas. Desde las más clásicas de advertir del incremento de las temperaturas hasta las más emocionales, como que la subida de las aguas del océano amenaza con anegar el monumentos a las víctimas del 11-S. También, por supuesto, los serios peligros en forma de tornadas más devastadores, tormentas más violentas e inundaciones más graves. Se trata, en una palabra de dejar claro que el cambio climático es un hecho, que la influencia humana es real y que Trump, otra vez más está equivocado. O interesado en equivocarse. [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=huX1bmfdkyA[/embedyt]