La búsqueda de nuestros ancestros de una de las ciencias que cada ciento tiempo nos pega una sorpresa morrocotuda. La última no tiene que ver con un descubrimiento en sí. Un equipo internacional ha encontrado una nueva forma extremadamente audaz de encontrar restos humanos.

ADN en los estratos

Básicamente, lo que se les ha ocurrido es buscar ADN en los estratos de las cuevas. Si hasta ahora se escarba en busca de restos óseos, herramientas y otros vestigios, ahora directamente se rastrea en la propia tierra. Así, se toman muestras de arena de los distintos estratos de las cuevas en las que se piensa que habitaron diferentes especies humanas. Y ahí se rastrea para encontrar restos biológicos entre los granos de tierra. Antonio Rosas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid afirma que “este nuevo método nos permitirá determinar qué tipos de humanos ha ocupado la cueva aún sin encontrar vestigios físicos como huesos o herramientas”.

De 14.000 a medio millón de años

Los expertos de Bélgica, Croacia, Francia, Rusia y España han analizado sedimentos que abarcan una línea de tiempo muy extensa. Desde 14.000 años hasta 550.000 años de antigüedad. Las muestras se han extraído en seis de las cuevas más conocidas de Europa como El Sidrón en España o Denisova, en Rusia. Se trata de comprobar la fiabilidad del sistema antes de extrapolarlo a hábitats menos conocidos. Los científicos se han encontrado con la dificultad de separar el ADN humano del animal. Lo que realmente se busca es el ADN mitocondrial, el material genético celular que actúa como máquina de copiar en los seres vivos. Pero una vez encontrado este ADN en los sedimentos, han comprobado que tenían que separar el humano del proveniente de hasta 12 tipos diferentes de mamíferos. Pero aún así, han obtenido grandes resultados. Como encontrar nuevo ADN de denosivanos, el tipo de humano que compartió tiempo con los neandertales. Estos hallazgos amplían la información y los datos que hasta ahora se tenían de ambas especies humanas.