El próximo 8 de junio Baeza conmemora el centenario del primer encuentro entre dos figuras ilustres de las letras españolas: Federico García Lorca y Antonio Machado. La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), precisamente en la sede que lleva el nombre del poeta, el Campus Antonio Machado de Baeza, lo ha incluido en su programación de los cursos de verano para rememorar un encuentro que tuvo una enorme trascendencia para la literatura española del siglo XX, puesto que no solo provocó una estrecha amistad entre los dos escritores andaluces y dio lugar al correspondiente testimonio de Lorca acerca de Baeza (“Ciudad perdida”, publicado en Granada en 1917 en la revista Letras y recogido en su primera obra “Impresiones y paisajes”, 1918) sino que ese encuentro determinó que el poeta de Fuente Vaqueros decidiese definitivamente su vocación literaria. Casual o accidental, los hechos posteriores demostraron que el citado encuentro fue determinante para elescritor en ciernes que era entonces Lorca y para Baeza al “significarla como una ciudad de la poesía”, tal y como detalla Antonio Chicharro, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Granada, donde desarrolla su investigación sobre la teoría e historia del pensamiento literario en España. LORCA, PIANISTA La historia de este encuentro, relata Chicharro, se remonta a un viaje de estudios de Lorca como alumno de la Universidad de Granada organizado por el catedrático de Arte Martín Domínguez Berrueta, admirador de Machado y con el que mantenía una relación de amistad de anteriores viajes académicos al municipio baezano, siguiendo, por otro lado, una vieja costumbre de la Institución Libre de Enseñanza. Este viaje permitió a Lorca no solo pasear por Baeza y conocer su belleza monumental sino que le proporcionó la ocasión de conocer personalmente al poeta sevillano, que desde el año 1912 impartía clases de francés en el Instituto General Técnico, en la actualidad IES de la Santísima Trinidad. El encuentro congregó a varios profesores con los estudiantes y en él Machado recitó varios poemas suyos, algunos inéditos, y otros de su amigo Rubén Darío, fallecido unos meses antes. Esa misma noche, el Casino Antiguo acogió una nueva velada poética y musical en la que Lorca interpretó al piano algunos fragmentos de música clásica. Este encuentro fue decisivo porque al año siguiente, en 1917, Lorca regresa a Baeza ya no como músico, sino como un gran poeta. A modo de anécdota, la profesora de la UGR Rocío Castillo explica en su artículo “La influencia de Antonio Machado en Federico García Lorca y en sus ideas poéticas” que al ser inscrito en el registro de la poesía española, el escritor granadino se declararía “hijo” de Antonio Machado y nieto de Rubén Darío. Sus primeras creaciones literarias reflejan la influencia de Rubén Darío en algunos de sus versos juveniles, posteriormente la del primer Machado íntimo de “Soledades”. UNA LECTURA DECISIVA Antonio Chicharro subraya la respetuosa amistad que les unió desde ese primer encuentro, “se cayeron bien pese a la diferencia de edad entre los dos poetas. Machado era ya un poeta consagrado y muy conocido en España, mientras Lorca era un joven estudiante de Filosofía y Letras que en esas fechas no sabía siquiera si iba a ser escritor”. Aquel encuentro y la lectura posterior de “Poesías Completas” de Machado fueron decisivos en la vida del joven granadino para decantarse por la poesía. Sin embargo, aquella amistad concluye trágicamente con la muerte de ambos como consecuencia del estallido de la guerra civil española: Lorca es asesinado en 1936 y Machado fallece en 1939 en el exilio, en concreto, en Colliure (Francia). De este hermanamiento, explica Chicharro, quedan testimonios literarios de ambos escritores que reflejan ese respeto y admiración mutua, pero sobre todo pone el acento en la relevancia de celebrar este centenario por las consecuencias literaria que tuvo a posteriori. “Estos dos viajes, añade, son trascendentales para comprender el origen del escritor que llegó a ser el poeta de Fuente Vaqueros”. DIEZ AÑOS DESPUÉS Este protagonismo de Baeza en la Generación de 27 no es causal. Diez años más tarde, el 15 de diciembre de 1927, Jorge Guillén dirige una carta a su mujer para contarle las peripecias de su viaje desde Madrid a Baeza, camino de Córdoba y Sevilla, en donde se celebraría el famoso homenaje poético a Luis de Góngora organizado por el Ateneo de Sevilla y plasmado en una histórica imagen en la que aparecen todos los poetas que dieron nombre a una generación literaria. Antonio Chicharro afirma que la misiva relata la excursión que hace a Baeza el que luego sería núcleo duro del grupo generacional del 27. Allí estuvieron, junto con el propio Jorge Guillén, Federico García Lorca (por tercera vez, tras sus visitas de estudiante cuando conociera a Antonio Machado), José Bergamín, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Juan Chabás. Esta misiva aparece recogida en un epistolario Cartas a Germaine (1919-1935). La destinataria de estas cartas era la francesa Germaine Cahen, su primera esposa y madre de sus hijos. Según Antonio Chicharro “se trata de un epistolario que no sólo es importante para conocer aspectos de la vida y obra del poeta, sino también aspectos de la intensa vida literaria española de ese crucial momento”. LA ATMÓSFERA POÉTICA DE 1916 En el marco de este centenario, el campus Antonio Machado ha programado el curso “Antonio Machado y Federico García Lorca, 1916-2016. Baeza lugar de poesía y encuentro”, un actividad académica dirigida por los poetas Luis García Montero y Juan Carlos Abril que contará con la presencia de estudiosos de primera línea como Joan Margarit, Bernardo Atxaga, Manuel Rivas y Xuan Bello, entre otros. El curso reconstruirá la atmósfera poética de 1916. Y esta misma temática dará contenido a un ciclo de cine con la figura del poeta granadino como referente, dirigido por el historiador del cine Miguel Dávila; en el que están previstas las proyecciones de Bodas de sangre, de Carlos Saura; La casa de Bernarda Alba, de Mario Camus; Lorca, muerte de un poeta (Cap. 1 y 2), de Juan Antonio Bardem, y La novia, de Paula Ortiz. No obstante, los actos conmemorativos arrancaron a primero de año con la Semana Machadiana con la participación del director del Centro Andaluz de las Letras (CAL), Juan José Téllez, y los escritores Antonina Rodrigo y Antonio Rodríguez Almodóvar, y el director del programa El Público, de Canal Sur Radio, Jesús Vigorra, en una mesa redonda organizada por la UNIA sobre el encuentro en Baeza de ambos poetas. El Campus de la UNIA acogió también la recreación teatral de este encuentro sobre una pieza del dramaturgo Alfonso Zurro, “Encuentro inesperado”. De forma paralela, el citado Instituto de Enseñanza Secundaria Santísima Trinidad diseñó su propia programación cultural con conferencias, lecturas poéticas y representaciones teatrales que recordaban el citado encuentro.