A la presidenta andaluza Susana Díaz la habían acusado hasta ahora de muchas cosas, pero entre ellas nunca había figurado la de discriminar deliberadamente a los niños de las familias más pobres.

Es la acusación que acaba de formularle en un duro comunicado público el colegio sevillano Altair, del Opus Dei, en riesgo de no poder renovar íntegramente su concierto educativo para el próximo curso porque en sus aulas no permite el acceso a las niñas.

“Lo primero que queremos decirle a nuestra presidenta –afirma el comunicado– es que está discriminando a todas las familias de estos barrios (que son de los más pobres de España) que quieren este tipo de educación diferenciada (…) Susana Díaz le está diciendo a muchas familias donde la renta per cápita es la más baja de España, que si quieren este modelo de educación concreto para sus hijos y que actualmente pueden disfrutar libremente gracias a los conciertos, que se olviden y lo paguen de su bolsillo, sabiendo que estas familias no podrían permitirse pagar con sus ingresos este tipo de colegio”.

No a la educación segregada

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, aseguraba días atrás que "no se va a retirar ni un solo concierto a ningún colegio en Andalucía" y que "todos los niños que están cursando sus estudios en estos centros, lo seguirán haciendo". No obstante, añadía que si el debate de trasfondo es la educación segregada, es decir, que estudien en clases separadas los niños con los niños y la niñas con las niñas, "pues el que la quiera que se la pague".

El pasado viernes la Junta comunicó a los centros sevillanos de educación segregada que no les renovará el controvertido concierto, todavía en los tribunales después de la que la Junta recurriera ante el Supremo una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que daba la razón a los colegios amparándose en la nueva ley de educación aprobaba por el Gobierno del Partido Popular y cuya aplicación definitiva está hoy en el aire.

El Gobierno andaluz recuerda que Altair solo imparte enseñanza al alumnado masculino, de forma que las familias que deseen escolarizar a sus hijas no pueden hacerlo. El centro estaría así conculcando el derecho a la igualdad de oportunidades e incumpliendo la legislación educativa en materia de no discriminación por razón de sexo.

‘No somos elitistas’

El comunicado de Altair reitera que es erróneo asociar la educación diferenciada por sexos ”a familias elitistas o con un alto nivel adquisitivo”, si bien no revela cuál es el porcentaje exacto de familias sin recursos que envían a sus hijos al centro. Como se sabe, en la mayoría de centros concertados está restringido, no en teoría pero sí de hecho, el acceso a niños de familias humildes por las elevadas tasas que, por diversos conceptos, los colegios obligan a pagar.

“Nos sentimos engañados por la Consejería, ya que en repetidas ocasiones han manifestado que su intención era no quitar ningún concierto. Nuestra decepción se une a la sorpresa, ya que la resolución dada por la Comisión Provincial de conciertos decía una cosa y en cambio ahora, a escondidas, atacan a todos los centros de educación diferenciada”.

En contra de la fama de elitista que en la comunidad católica siempre ha tenido el Opus Dei, Altair se erige en defensor de las clases sociales más desfavorecidas, a quienes la Junta pretendería arrebatarles “un instrumento como nuestro colegio, que les ayuda a salir adelante y a que sus hijos eviten situaciones de riesgo”.