Ha pasado poco más de una semana desde que se celebraran las últimas elecciones del 26J, unos comicios de los que el Partido Popular, pese a corruptelas, escándalos, detenciones, investigaciones y un largo etc, han salido victoriosos.
Lamentablemente, desde el punto de vista político y judicial, estos siete días han dado para mucho. Hemos visto como la Guardia Civil y anticorrupción registraban la casa de la inspectora jefa de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), Margarita García-Valdecasas, que depende del Ministerio de Hacienda. Pese a ello, ella sigue tranquilamente sentada en su despacho.
También hemos conocido, gracias a otras grabaciones en el Ministerio del Interior, cómo la máximo responsable de Formación Vial de la Dirección General de Tráfico, Marta Carrera, supuestamente amañaba los concursos públicos para dárselos directamente al presidente de CNAE, José Miguel Báez. Por el momento, ella también sigue sentada en su despacho.
Y es que, parece que pase lo que pase ninguna de las dos responsables y cargos públicos, nombradas por los ministerios de Jorge Fernández Díaz y Cristobal Montoro, apuestan por dar explicaciones públicas y, mucho menos, por dimitir. En la línea del partido.
Investigada por la lista Falciani
La ya famosa lista Falciani ha destapado los amaños de unos 130.000 supuesto evasores fisacles de medio mundo. El último nombre relacionado con España, el de Alejandro Pérez Calzada, un conocido gestor de fondos.
Este hecho, ya de por sí destacable, pues estamos hablando de un supuesto defraudador, se torna en escándalo cuando se apunta a que Calzada es el marido de Margarita García-Valdecasas, la jefa de Antifraude a nivel nacional.
En otras palabras, mientras que ella es la máxima responsable de asegurar que se persiga e investigue el fraude en España, su marido es uno de los integrantes de la mayor lista de defraudadores.
La Audiencia Nacional sospecha que Pérez Calzada, podría haber estado blanqueando dinero a través de su sociedad Venture Finanzas Sociedad de Valores. Para ello, habría escondido fondos en Suiza para llevarlos hasta Andorra y, desde allí, traerlos a España al margen de los cauces legales.
Supuestos amaños en la DGT
El orden natural de los acontecimientos en un concurso público pasa por publicarlo, que los aspirantes presenten sus proyectos, una evaluación minuciosa y la publicación del candidato escogido en el BOE. Según publica este lunes OkDiraio, en la DGT se respeta otro orden.
Atendiendo a unas grabaciones en el Ministerio del Interior, otras después de las de Fernández Díaz, y la subdirectora adjunta de Formación Vial de la DGT, Marta Carrera, habría llegado a un acuerdo con el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez, para crear un concurso a su imagen y semejanza, un concurso ya ganado de antemano y que habría favorecido el monopolio de CNAE durante una década.
Gracias a este acuerdo, CNAE consiguió la máxima puntuación para quedarse con los cursos de recuperación de los puntos que los conductores pierden por infracciones.
Nuevos escándalos… ¿afectarán a las negociaciones?
Tras el 26J empieza una nueva etapa: la de las negociaciones. La pregunta es: ¿estos dos nuevos casos de supuesta corrupción afectarán en la formación de Gobierno?
Hay que recordar que en aquellas comunidades en las que más casos de corrupción han ahogado al Partido Popular, son donde más votos ha conseguido sumar en las pasadas elecciones. Por poner algunos ejemplos, en Madrid o Valencia han subido dos escaños en cada comunidad.
La corrupción no les ha pasado factura cuando son los ciudadanos los que eligen. Ahora bien, a la hora de sentarse para llegar a acuerdos, son los partidos los que deben evaluar si estos escándalos pesan o no.
En Génova, se rumorea que Rajoy no está tan tranquilo como parece y que teme que, finalmente, la corrupción les pase factura. Quizás tendrán que ceder más de lo deseado para que otras formaciones se olviden de sus escándalos. Para saberlo, habrá que esperar a la investidura. De momento, sabemos que se suman dos casos más.
