La sentencia definitiva del Gobierno del PP en la Comunidad Valenciana, llegó anteayer con la inesperada decisión del Consell de cerrar Canal 9, la cadena autonómica, tras 24 años de emisión. Este cierre se produce como consecuencia de la anulación del ERE por parte del TSJCV y su ordenación de readmisión inminente de los 1.000 empleados que habían sido despedidos mediante dicho expediente de regulación de empleo. Una decisión histórica y sin precedente en España.

canal 9 logo

La incapacidad manifiesta de los gobernantes populares de la Comunidad Valenciana queda evidenciada definitivamente, y de una forma clarificadora, con esta decisión histórica y drástica. Canal 9 es una televisión pública que nació para promocionar la identidad valenciana, su cultura, lengua y territorio, y que el propio Partido Popular ha utilizado como herramienta de manipulación y difusión particular, apartándola de su sentido originario y su servicio público imprescindible.

El PP Valenciano ha concurrido dopado a las elecciones autonómicas estos 15 años atrás con una insoportable manipulación de la televisión pública valenciana. Así lo evidencian los propios trabajadores de Canal 9 que relatan ahora las estrategias manipuladoras del Consell Valenciano, periodistas convertidos en marionetas manejadas por los líderes políticos populares que, aunque tarde, ayer por fin cortaron los hilos que les unían a sus titiriteros y explicaron en directo hasta qué punto habían estado sometidos por ellos.

Lo más grave es, que en el año 1995, cuando el PP llegó a la Generalitat se encontró con una televisión con 687 trabajadores, una deuda de 22 millones de euros y un “share” del 21%. En este 2013,  el PP dejaba 1620 trabajadores, una deuda de 1.126 millones de euros y un “share” del 5%. Cifras que hablan solas.

Pero sin lugar a duda, lo más indignante de este despropósito valenciano es la justificación que realiza el President de la Generalitat Fabra, quien en un gesto plagado de demagogia y populismo afirma que “cierra Canal 9 porque prefiere mantener hospitales y escuelas”.

canal 9 - pp

Afirmación rotundamente falsa y oportunista. La Generalitat Valenciana ha cerrado urgencias nocturnas por todo el territorio valenciano, bien lo saben vecinos de Bigastro o Biar, por citar algunos. Además han privatizado la gestión de todos los hospitales públicos valencianos y se ha eliminado personal hospitalario. En el ámbito educacional, se estima que unos 20.000 niños valencianos estudian el presente curso en barracones,  lo que se suma la eliminación de profesores, la supresión del bonolibro y la reducción de ayudas a transporte y de comedor. La última indecencia en materia de educación fue la cantidad de jóvenes que tuvieron que acudir a clase con mantas como consecuencia de sus impagos a los centros, lo que trajo consigo el corte de suministro de calefacción.

Por consiguiente, queda desmontada la afirmación del Presidente Fabra, en su fallido intento de justificación de este despido definitivo de 1.700 trabajadores. Un gesto de censura que denota su falta de respeto a la pluralidad e independencia de los medios.

El President se apoya también en la inviabilidad de RTVV para justificar su cierre. Sin embargo le parecerá muy viable para las arcas autonómicas haber traído la millonaria Fórmula 1 a Valencia, o preparar un astronómico show para la llegada del Papa –con el sello de un escándalo detrás por supuesto-. Tampoco le parece inviable el rescatar al Valencia CF o enchufar descaradamente a amigos como hicieron con el líder de NNGG del PP de Valencia. Las obras faraónicas también les han salido muy rentables, ejemplos como Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Aeropuerto de Castellón o la Ciudad de la Luz de Alicante, son ejemplos de ello. Además, el Gobierno Valenciano tiene el mérito de hacer caer a los tres bancos valencianos. Así la CAM y Banco Valencia fueron intervenidas en 2009, y Bancaja absorbida por Bankia.

aeropuerto castellón

La consecuencia de tal despilfarro y derroche, característico de estos gobernantes del “pan y circo”, es que esta Comunidad haya sido la primera Comunidad Autónoma rescatada. Impagos en todos los sectores incluso en los más vulnerables como el de la Ley de Dependencia, o las farmacias, hospitales, becarios, colegios, institutos. Despotismo y  paseos en Ferrari para engañar a una tierra engatusada por la política del todo poderoso PP.

Si algo más arrastra el PPCV es la mancha de la corrupción. Gürtel, Brugal, Blasco, Fabra, Emarsa, Nóòs… Son numerosos los casos y los políticos populares inmersos en tramas de corrupción. El Grupo Popular de Les Corts cuenta con 55 diputados, 11 de los cuales han llegado a estar y están imputados en casos de corrupción, e incluso uno de ellos, que abandonó, ya condenado en firme a tres años de prisión (Pedro Hernández Mateo). Los trajes, Orange Market, Bigotes, la presunta financiación ilegal del Partido, el encubrimiento y la complicidad refleja la desfachatez de los dirigentes populares.

Este conjunto de despropósitos y necedades de la derecha valenciana ha repercutido en todos los ciudadanos de la Comunidad. Nuestros servicios se ven mermados profundamente, nuestras aspiraciones frenadas y nuestra imagen gravemente deteriorada. De nada sorprende que expresiones como Gürteralitat Valenciana o Barbaritat Valenciana se hayan puesto de moda para definir nuestras instituciones y lo más grave, nuestra tierra, todo ello consecuencia directa de la gestión autonómica del Partido Popular.

Y lo más irritante de esta casta insensible y desalmada es su desdén y arrogancia. El desmesurado ego y forzada sonrisa que paseaba con su ruina a cuestas cual “amiguito del alma”, Camps. Personaje capaz demofarse de la prensa, o de quienes le recriminan en la calle, y lo que es más grave, de la justicia. Su persona y gestión son la mayor losa que ha vivido esta Comunidad. Pero su medalla y la de su Partido a la indecencia y sinvergonzonería suprema es la actitud y gestión con el fatídico accidente de metro de Valencia, bochornoso.

El expresident de la Generalitat Francisco Camps, conversa con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. EFE/Archivo



Este modelo, paradigma de gestión del PP, ha sido el ejemplo a seguir para muchos políticos de este partido. Arenas afirmaba que “Gobernar es imitar a Camps”, y el propio Presidente del Gobierno decía que “ése es el modelo que yo quiero aplicar para el Gobierno de España”. Sin embargo, las tornas han cambiado y Rajoy ha debido abrir los ojos, y observar la mafia siciliana de la Comunidad Valenciana. Tanto es así, que ni en su ejecutivo ni entre los Secretarios de Estado se encuentra ninguna persona vinculada al PPCV.

El PP es el único responsable de la ruina política, económica y social de la Comunidad Valenciana, a la que han contribuido con su política de “pan y circo”, su falta de ética y moral en la gestión púbica, su carecimiento de sentido de ciudadanía, su nulo aprecio a la tierra valenciana y su manifiesto descaro continuo y sucesivo. Su borrachera de poder ha derivado en la putrefacción de su gestión.

No obstante la Comunidad Valenciana ofrece unas oportunidades valiosas para quien sepa aprovecharlas y de verdad crea en esta tierra. No nos merecemos unos gobernantes capaces de todo y sin un mínimo ápice de dignidad. La Comunidad Valenciana atraviesa la crisis más fuerte de su historia: política, económica y socialmente. Es el momento de pasar página y castigar a quienes nos han condenado a la miseria más absoluta.

¿Será el próximo ERE que haga la Comunidad Valenciana el de sus ciudadanos al Partido Popular en 2015?

Por el bien de esta tierra, espero que sí, y que lo podamos ver en un Canal 9 público y sin censuras.

Alejandro Espí es uno de los autores del Blog Grito Político