El ministro de Economía y Competitividad aportó una innovación interesante: la contabilidad fantástica basada, es un decir, sobre futuribles. Una contabilidad surrealista que admite ulteriores aplicaciones.

De Guindos ha contabilizado con el mayor desparpajo la cifra de parados que se podían haber evitado si el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hubiera aplicado la reforma laboral decretada por el de Mariano Rajoy.

Según explicó ayer el ministro en unas jornadas organizadas por El País y patrocinadas por Bankia la entidad que preside su antiguo jefe, Rodrigo Rato, si el Gobierno anterior hubiera hecho la reforma del que le ha sucedido España tendría hoy un millón de parados menos.

Y lo dijo tres días después de que  Mariano Rajoy avisara que este año se destruirán 630.000 puestos de trabajo más.

Ello significa una elevación de la tasa de paro sobre la población activa del 21,6 por ciento sufrida en 2011 al 24,3 previsto en el cuadro macroeconómico para el presente ejercicio.

Una cifra terrible y de difícil asimilación social que no impide que Luis de Guindos vea “la luz al final del túnel”, una percepción escasamente contable de carácter igualmente visionaria.

Resulta oportuno recordar a este respecto las manifestaciones que no hace mucho formulara José Manuel González Páramo, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) por decisión del Partido Popular del que Páramo espera un alto cargo.

Se extrañaba el consejero del BCE en una entrevista  concedida a El País que un país con un paro del 22% “no esté levantado socialmente.”

Puestos a las contabilidades surrealistas me quedo a la expresada por Esteban González Pons en campaña electoral.

El vicesecretario General del PP Pons aseguró entonces que su partido aspiraba a crear tres millones y medio de puestos de trabajo, si ganara las elecciones del 20 de noviembre, gracias a la irrupción de un millón de nuevos empresarios.

José García Abad es periodista y analista político