Cada vez más españoles compran online por impulso, guiados por la emoción y la necesidad de inmediatez. Así lo revela un reciente estudio elaborado por Hostinger, que analiza a fondo el comportamiento del nuevo consumidor digital en España.
Uno de los datos más llamativos es que el 35% de los encuestados admite realizar compras impulsivas al menos dos veces al mes. Este informe, que toma el pulso al ecosistema del e-commerce en el país, ayuda a entender cómo ha evolucionado el perfil del comprador online y qué factores motivan sus decisiones.
La compra digital se vuelve emocional
Uno de los aspectos clave del estudio es el papel que juegan las emociones en el proceso de compra. Frente a la racionalidad tradicional, el 35,44% de los consumidores españoles reconoce dejarse llevar por sus emociones al comprar online. Esto marca una diferencia sustancial respecto a años anteriores, en los que el consumidor analizaba con más detenimiento antes de tomar decisiones.
El entorno digital, con su inmediatez y estímulos constantes, favorece este tipo de comportamiento impulsivo. Un diseño atractivo, un mensaje directo o una promoción limitada pueden ser suficientes para activar el clic de compra.
La apariencia importa… y mucho
La primera impresión es crucial. Según el observatorio Hostinger sobre la transformación digital 2025 los consumidores españoles se sienten atraídos por un diseño visualmente atractivo. Las páginas con un diseño moderno y cuidado generan mayor confianza y motivan al usuario a quedarse más tiempo navegando.
El aspecto visual, entonces, ya no es solo una cuestión de estética, sino una herramienta estratégica para captar y retener a un consumidor que se guía más por lo emocional que por lo lógico.
La marca sigue siendo un factor de confianza
A pesar del carácter impulsivo y emocional del nuevo consumidor digital, la marca sigue jugando un papel relevante. De hecho, el 50,56% de los encuestados tiende a comprar productos o servicios de marcas y tiendas reconocidas, como Amazon,
Esto indica que el prestigio y la reputación siguen pesando a la hora de tomar decisiones, incluso en contextos donde prima la emoción.
Esto implica que las empresas deben seguir trabajando en el posicionamiento y la coherencia de su imagen de marca si quieren ganar terreno frente a la competencia.
Hombres y mujeres compran por impulso, pero lo hacen de forma diferente
El estudio también pone de manifiesto algunas diferencias interesantes entre géneros en lo que respecta a las compras impulsivas. En el caso de las mujeres, se observa una mayor intensidad: el 8,28% afirma realizar este tipo de compras más de cinco veces al mes, lo que indica una actitud decidida y volúmenes de compra más altos cuando actúan.
Por otro lado, los hombres tienden a mantener una frecuencia más constante, situándose mayoritariamente entre dos y cuatro compras impulsivas al mes. Esto apunta a un comportamiento más regular, aunque menos explosivo.
Como puedes ver, mientras que las mujeres parecen responder con fuerza a momentos de alto impacto emocional o a promociones muy atractivas, los hombres siguen patrones más estables y repetitivos. Un matiz clave para cualquier marca que busque adaptar sus estrategias de marketing al comportamiento real de sus públicos según el género y el momento de compra.
¿Cómo deben adaptarse las marcas?
A la luz de estos datos, el perfil del consumidor digital español actual se define como impulsivo, visual, móvil y emocional. Las marcas que quieran conectar con este público deben priorizar:
- Diseños atractivos y minimalistas
- Procesos de compra intuitivos y rápidos
- Optimización para dispositivos móviles
- Mensajes emocionales y experiencias personalizadas
- Reputación y coherencia de marca
Más allá de las métricas tradicionales, las decisiones de compra en el entorno digital están cada vez más influenciadas por sensaciones y estímulos inmediatos. El consumidor no solo busca un producto, sino también una experiencia que lo emocione, lo convenza y lo motive en pocos segundos.
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