Miguel Frigenti se ha sincerado con sus seguidores en las redes sociales al contar su dura infancia por el bullying que le hicieron por ser gay. Pese a que su madre ya se lo contó a la audiencia con su testimonio en ‘Sábado Deluxe’, esta vez ha sido el propio colaborador quien se ha desahogado. Con motivo del día del Orgullo LGBTI, el periodista ha hecho públicas las continuas agresiones que sufrió por su orientación sexual.
“Escribir esas palabras me liberaron. Lo superé. Superé lo que me hicieron. Soy libre”, comienza diciendo antes del escrito. “Se supone que la infancia debe ser la mejor época de tu vida. Todos los niños merecen ser respetados y queridos, pero la realidad es bien distinta”, prosigue didiendo asegurando que su infancia se la "robaron entre todos”.
Miguel Frigenti asegura seguir teniendo pesadillas por lo que le hicieron simplemente por ser gay: “Todavía tengo pesadillas en las que vuelvo a estar apoyado en un muro de color verde, en el centro del patio del colegio, completamente solo, con mis pensamientos y el único consuelo de una voz interior que me dice que en el futuro todo cambiará. Que todos los que me insultan y desprecian me verán salir adelante”.
“Que te tiren las sillas de clase encima, que te lancen comida en el comedor del colegio y que nadie haga absolutamente nada para impedirlo. Que tu tutor te envié al pedagogo de turno y que a tus padres les digan que el problema lo tienes tú por ser demasiado rebelde. Y que te esperen cuatro personas en la puerta del colegio mientras una manada hace corro esperando para ver como te pegan patadas en el estomago y ningún profesor haga nada”, cuenta sobre su sufrimiento.
Además, iniste en la importancia de pedir ayuda, aunque él, por desgracia, no lo hizo. “Supongo que me sentía culpable y acepté la violencia porque la gente me decía que lo merecía. Acepté esas humillaciones como parte de la rutina diaria. Era un infierno constante, era mi vida. Hoy me pregunto cómo un docente, un adulto, era capaz de maldecirme con palabras de tanto peso: 'Inútil. No vas a llegar a ningún sitio’”.
Para acabar, Miguel Frigenti cuanta como pidió ayuda a través de una carta en la que le confesaba a una profesora todo lo que estaba sufriendo. Sin embargo, quería acabar en positivo: “Les digo que no callen, y que no se sientan culpables. No son inferiores y el sol siempre sale, aunque a veces tarde en hacerlo. Los sueños se cumplen y llorar no es malo”.