Ni seis minutos de programa habían transcurrido cuando La Revuelta sacaba a relucir a una de sus víctimas preferidas para hacer chistes: Kiko Matamoros. Sin embargo, en esta ocasión, el personaje se materializó y, repentinamente, el colaborador de Ni que fuéramos Shhh invadió el control de realización, donde normalmente se encuentra Miguel Campos. Más tarde, el madrileño se convirtió en el último invitado del programa -tras el futbolista Pito Camacho y Juan Gómez Jurado- y dejó atónitos a los espectadores. Matamoros le pidió dinero a Broncano y protagonizó algunas locas confesiones, como que es "descendiente de negros".

El realizador mostraba  imágenes de Kiko Matamoros y el presentador aseguraba no entender nada:"Normalmente Miguel me pone chistes de estos por algo, pero no lo entiendo, me he saltado el chiste. ¿Qué pasa?", decía Broncano. En ese momento, el Kiko Matamoros de verdad, el de carne y hueso, aparecía en pantalla, sentado en el lugar de Campos, que se encontraba a su lado: "¡Estoy aquí! He venido a verte", decía acompañado de unos cuantos insultos. El colaborador del nuevo Sálvame no pudo evitar lanzar un dardo envenenado al clan Campos con el que no mantiene buenas relaciones: "Ya me he enterado que el culpable eres tú, este pobrecito la única culpa que tiene es que se llama Campos y yo lo tenía confundido con los hijos de María Teresa. Ya sé quién es el que manda, que no la líes más", le decía a Broncano.

"Ya me ha contado todo y ya sé quién me tiene que pagar", le decía al presentador, que ponía en contexto a la audiencia y le contaba que el colaborador había 'amenazado' al programa en varias ocasiones por no pagarle cada vez que utilizaban su imagen. "No os quería denunciar, he dicho que me deis lo mío, mis derechos de imagen. Además, os lo he puesto baratito, que sois unos ratas", añadía, antes de asegurar que La Revuelta le debe "1650 pavos". Matamoros le dejaba claro su caché a Broncano: 150 euros cada vez que le nombraran o utilizaran una foto suya. "Hoy no cuenta porque vengo porque quiero, porque quiero cobrar", decía, antes de sustituir a 'El hombre mágico' y mandar a los niños a la cama. 

La Revuelta invitaba a plató al futbolista Pito Camacho y después al escritor Juan Gómez Jurado. Tras las entrevistas a ambos, Matamoros irrumpía sobre el escenario para poner el broche de oro al programa durante 17 minutos. Lo primero que hacía era hacerse una foto con Grison: "No me he hecho un selfie con ningún famoso en mi puta vida", decía, mientras que Broncano no daba crédito ante el caos. El colaborador de Ni que fuéramos Shhh comenzó a hablar de futbolistas relacionados con el mundo de las letras y, de paso, le regalaba una bufanda de Vinícius Júnior al presentador. 

El colaborador explicaba que, de esta manera, quería lanzar un mensaje en contra del racismo. Sin embargo, la sorpresa llegaba cuando desvelaba que es "descendiente de negros". "¿Tú eres descendiente de negros?", preguntaba, el humorista, sin dar crédito. Matamoros desveló que conoció sus orígenes hace tres años gracias a su prima, la fallecida escritora Almudena Grandes: "Cada dato que das es más loco que el anterior", decía Broncano.

Entonces, el madrileño reveló cuáles son sus raíces y por qué no las conoció hasta hace tres años: "Me dio pena saber esto tan tarde, porque era el reflejo de algo que me habían tapado en casa porque debía de producir cierta vergüenza social o rechazo en la epoca en la que mi madre era muy joven. Mi tatarabuela era una esclava cubana y era descendiente de negros". Matamoros explicó que "cuando se abolió la esclavitud, mi abuela se vino a España y tuvo una descendiente, una criatura, que dejó en un convento de Béjar (Salamanca), donde se abandonaban los niños". "Vaya dato", decía Broncano, mientras que el público no podía contener la risa ante el sorprendente relato. 

"Es verdad, en mi Inastagram está la foto de mi bisabuela con mi abuelo, que era un niño", añadía Matamoros, pidiendo al patio de butacas que le creyeran. "Durante muchísimos años nos lo escondieron por protegernos, por si podíamos sentirnos avergonzados. No es la misma sociedad", decía el colaborador de Ni que fuéramos Shhh. Por último, con seriedad, aportaba un último dato que volvía a provocar la risa en plató: "Siempre me he acordado de la ternura que tenía mi madre con los negros y crecí con un cierto afecto a esa raza, de la que soy originario de alguna manera".