Atresmedia estrena este miércoles, 7 de mayo, una de sus grandes apuestas de la televisión. Pionera en ficción y entretenimiento, los de San Sebastián se adentran de lleno en el género del reality a través de la adaptación de un éxito internacional: Traitors. En esta primera entrega, que estará disponible en Atresplayer y también en Antena 3 a partir de las 22:50 horas, los espectadores podrán conocer quiénes son los 'traidores' y quienes los 'fieles' de entre los 18 concursantes que tendrán que llevar a cabo sus mejores estrategias con el fin de sobrevivir en la competición. ElPlural.com pudo hablar con su maestro de ceremonias, Juanra Bonet, quien saca a relucir una faceta totalmente desconocida y diferente a la que muestra en los distintos concursos que ha liderado.
Pregunta: ¿Conocías el formato antes de embarcarte en el proyecto?
Respuesta: Había visto el formato que presentó Sergio Peris-Mencheta brillantemente y he jugado a este juego en una sobremesa con más amigos. Entonces sabía dónde me metía. Además, con la tranquilidad de que la productora era la misma que hizo el de HBO, Gestmusic. Por lo tanto, tenía la sensación de estar muy protegido y sabía que estábamos todos en muy buenas manos, también los espectadores. Cuando lo estaba viendo pensé: 'qué ilusión, con la edad que tenemos y la de televisión, recuperar esa chispa en la tripa de 'quiero ver este programa la semana que viene'. Tengo la sensación de que hemos hecho algo muy especial.
(P): ¿Te genera presión que haya tenido tanto éxito en otros países?
(R): Claro, no te voy a engañar. Lo ha petado, ha tenido récords de audiencia en prácticamente todos los países y eso es algo muy bueno y es presión para nosotros, pero sabemos que el producto está bien. Vais a alucinar cuando lo veáis. Hemos trabajado muy duro todos, es entretenido y está testado, pero cuando lo sueltas ya es del espectador. Dependemos de muchas cosas que no es el propio programa: qué pasa ese día, el anterior, que si el partido ha acabado a no sé qué hora, etc. Además, la competencia también tiene cosas muy bien hechas. Pero nosotros sabemos que el tren está perfecto en nuestra vía, quien quiera subirse se lo va a pasar pipa.
El tren está perfecto en nuestra vía, quien quiera subirse se lo va a pasar pipa
(P): Tu papel en Traitors es totalmente diferente a lo que tienes acostumbrado a los espectadores, ¿cómo te preparaste?
(R): Antes de empezar a grabar me lo tomé más como una serie de ficción, como un casting para una serie que como lo que suele hacer en un plató, que es intentar memorizar los tiros de cámara, donde están los compañeros o la luz, etc. Las mecánicas no existen en Traitors, allí importa el tono y son tomas únicas, lo que implica que no podía fallar nadie, para que el concursante no tenga la sensación de estar en un plató. Eso da también sensación de vértigo, de velocidad, ritmo y verdad. Me lo preparaba mucho más como una obra de teatro o una serie que como un presentador de programa.
En el juego dejaba pildorillas e intentaba ser puñetero con ellos. Yo tengo toda la información, lo sé todo, por lo que cuando estoy delante de 'fieles' y 'traidores' no se me puede ver nada, ni siquiera puedo gesticular de más para que no se me sobre interprete o malinterprete. Pero cuando estoy a solas con los 'traidores' sí que puedo apretar más porque compartimos información parecida.
(P): Cuando se hace un reality es imposible mostrar la integridad del contenido, ¿el equipo interviene de alguna manera cuando no hay cámaras para incentivar el conflicto o las tramas entre los concursantes?
(R): Todo el tiempo que están juntos hay cámaras. Cuando no estamos grabando, cada uno está en su habitación descansando y comiéndose muchísimo la cabeza. Los únicos detonantes forman parte del juego, que son cuando yo propongo pruebas concretas y esas pruebas dentro de las reglas tienen detonantes. El hecho de colocar un escudo en una prueba para evitar un asesinato ya es un detonante, pero forma parte de las reglas del juego.
Las personas que están jugando, están jugando tres capas al mismo tiempo. Primero, la capa del reality, que es cómo se muestran y cómo soy percibido. Luego, la capa del concurso, es decir, qué rol ocupo en las misiones: más de fuerza, más de inteligencia, más de destreza. Y la tercera capa es la del thriller: me van a pillar, no me van a pillar, cuidado con este que hace gestos extraños, me he delatado. Son tres capas haciendo malabares todo el tiempo, lo que da lugar a un género nuevo que es Traitors. Todo esto que forma parte del juego hace que no haga falta nada más para tener contenido divertido en un programa de televisión.
Durante el juego dejaba pildorillas e intentaba ser puñetero con los concursantes
(P): El programa se grabó en apenas dos semanas, ¿cómo lo lograsteis?
(R): Cada programa empieza por la mañana y acaba por la noche, y eso mismo hicimos con la grabación. Cada programa es un día de rodaje. El primer programa sí que necesitó un día más porque era la presentación de personajes y había una entrevista con cada uno, el trayecto inicial en el tren, etc.
(P): ¿Cuál es la clave del éxito?
(R): El juego. Los 18 concursantes son personas que conocen el programa y han visto otras versiones, incluso las internacionales para pillar pistas y estrategias. Imagínate el nivel de jugón que hay. Y es gente que había jugado en una sobremesa llamándolo de diferentes maneras: Lobo, El pueblo duerme, El asesino, etc. Es gente que no iría a la televisión, a un reality, pero cuando ven el anuncio dicen: 'yo una partida a esto sí que me la echo". Era gente que venía a echar una partida a Traitors y esta es la magia desde el día uno.