Lo de Évole cumple cinco años y para celebrarlo ha presentado su sexta temporada desde Sevilla. ElPlural.com ha tenido la oportunidad de entrevistar al presentador días antes del estreno -este domingo, 19 de enero, a las 21:25 horas en laSexta- sobre lo que se viene en las diez nuevas entregas, algunos momentos vividos en temporadas anteriores, como las polémicas entregas con Miguel Bosé, la "última conversación" con Pepe Mujica o la negativa de Ayuso a participar en el formato de Producciones del Barrio. 

Pregunta: Lo de Évole cumple cinco años, ¿qué crees que lo mantiene en parrila después de tanto tiempo viendo lo complicado que es que los programas se mantengan hoy en día?

Respuesta: Hacemos una cosa que no está mal que es hacer poquitos programas al año, entonces eso ayuda a que el formato no canse. Eso nos permite también cuidarlo mucho, hay mucho cariño puesto en todos los minutos de todos los programas y eso se acaba notando. Ves un curro que en otros programas no ves, no por nada, sino porque no han tenido el tiempo, el presupuesto o el equipo para haberle podido dedicar tanto mimo. Entonces creo que el secreto es ese, que en cada programa hay volcadas muchísimas energías positivas de un equipo muy amplio que hace que cada entrega tenga su alma, su sentido, su significado, etc.

(P): Esta sexta temporada contará con diez protagonistas, ¿cuál ha sido la entrevista más especial?

(R): Juan y Medio ha sido un descubrimiento pero, claro, la conversación que tuve con Pepe Mujica, que los dos sabíamos que era la última vez que íbamos a hablar, fue muy muy especial. Me da mucha pena que se muera Pepe.

(P): A lo largo de estos cinco años de programa, ¿cuál ha sido el personaje más complicado de entrevistar?

(R): Hubo un entrevistado que tuvo una parte muy agradecida por un lado y luego una muy complicada, porque hicimos dos programas con él, y fue Miguel Bosé. Tuvimos una primera parte en la que hablamos de su biografía, de su familia, de cómo había evolucionado el tipo de arte que ha ido desarrolando, y luego una segunda parte hablando de la pandemia que fue complicada. 

(P): ¿En alguna ocasión se ha dado una situación tan complicada que os haya hecho decidir que la grabación no se emitiera?

(R): Por ejemplo, con Bosé, tuve la duda a posteriori de si valía la pena perder una relación cariñosa como la que teníamos Miguel y yo, y que hemos perdido a raíz de ese programa. Ojalá que un día la recuperemos, pero yo a veces me planteo si vale la pena, por una entrevista, perder una relación en la que hay un cariño, y nunca acabo de encontrar la repuesta, aunque me inclino más por el que no merece la pena por muy bien que salga la entrevista.

(P): Nos contabas que en Lo de Évole los invitados se animan a contar mucho más de lo que ya han contado en otros programas, ¿consideras que con los políticos ocurre lo mismo o son muy cuadriculados?

(R): Yo creo que el político es diferente, además ahora se mueven mucho con argumentarios, les dicen lo que tienen que decir, cuándo y cómo lo tienen que decir, y eso dificulta mucho la entrevista. Es muy de agradecer cuando te encuentras un político que se salta esas normas un poco. Yo he disfrutado mucho yendo a entrevistar a Nicolás Maduro, más allá de lo que yo pueda pensar sobre el dirigente que es, es un tipo que en una entrevista entra a todos los trapos y no rehuye ninguna pregunta. Eso la mayoría de veces no pasa.

(P): Durante la presentación de la nueva temporada llamabas a Moreno Bonilla y le decías que si hablaba con Ayuso le contara que queréis hacer una entrevista con ella porque a vosotros no os coge el teléfono. ¿Os han rechazado la propuesta en más de una ocasión?

(R): Yo estuve con Ayuso personalmente en la Comunidad de Madrid, era al mediodía y yo pensé: 'Bueno, las 13:00 horas, las cañas en Madrid son importantes' y le llevé unos botellines. Le dije: 'Bueno qué, ¿aquí no hay cerveza ni nada? Habrá que tomar una caña madrileña, ¿no?' y la tía flipaba. Y nos terminamos tomando una caña. Luego también la vi en un acto en Barcelona. Siempre nos ha tratado con mucha amabilidad, pero no acepta la entrevista.

(P): Has hablado en varias ocasiones de la polarización, ¿crees que esta crispación está afectando a la manera de hacer tele o incluso a tu propio programa?

(R): En mi caso todo lo contrario. Había programas de mayor crispación en algún Salvados de los años duros de la crisis, ahí había programas muchos más duros de los que hacemos ahora en Lo de Évole. Creo que precisamente una de las voluntades del programa es descrispar. Creo que quien vaya viendo los capítulos, por ejemplo el primero con Juan, no puede salir cabreado de ese programa, va a salir diciendo: 'Me voy a replantear cómo trato a mi abuelo, voy a apuntar cosas para interesarme por ellos'. Creo que la empatía es importante y creo que ayuda a que la gente se entienda y que, aunque las personas sean diferentes, tengan lugares de encuentro. Me gustaría que eso pasase con el programa.