La actriz Elisa Mouliaá ha acudido este lunes al hospital, al sentirse sobrepasada por la situación que afronta tras denunciar a Íñigo Errejón por una presunta agresión sexual. El expolítico, catalogaba de “denuncia falsa” los hechos contados por la actriz y mostraba gran interés en contar su versión de los hechos, desprestigiando así la versión de la víctima. En este sentido, Ana Rosa Quitnana se ha mostrado contundente: "Si tengo un compañero que sé que es un baboso…".
Mouliáa conectaba en directo en TardeAR para dar respuesta a muchas de las preguntas que se han realizado desde su denuncia y a explicar el porqué de su reciente visita al hospital, que justificaba con estas palabras: “No soy mucho de somatizar, pero esto me ha venido muy grande y no me esperaba una reacción tan agresiva por su parte”. La joven ha reconocido que el recurso presentado por Errejón ante la Audiencia Provincial de Madrid le pilló por sorpresa y no ha sabido encajarlo.
El relato de otras víctimas
Elisa Mouliáa ha recibido el apoyo de muchas mujeres que se han puesto en contacto con ella y alguna que también ha vivido lo mismo. La actriz reconocía haber hablado con otra víctima, así lo expresaba: “Hablé con otra víctima de hace 10 años y tras un mitin, le había hecho lo mismo a esta chica”, a lo que añadía que no se trataba de un caso puntual y que había que hacer justicia, así lo reivindicaba: “Él lo tiene que pagar. Es una conducta psicopática, no es un caso puntual”.
Cuando le preguntaban por cómo está viviendo el proceso judicial, se pronunciaba así: “Siento frustración por un sistema complicado que no ayuda a las mujeres y es costoso”, por ese motivo, Mouliáa ha reconocido haber fundado una ONG para las víctimas que no se pueden costear un abogado y las gastos que supone un proceso de este tipo, así lo contaba: “He decidido montar una ONG para recaudar fondos para dar sostén económico para las mujeres que se atrevan a dar el paso”.
Ana Rosa señala a los compañeros de partido de Errejón
Ana Rosa Quintana y los colaboradores, aprovechaban el tiempo de la actriz para preguntarle por si había recibido algún mensaje de los compañeros de trabajo de Errejón, a lo que ella respondía: “Txema Guijarro de Sumar estaba consternado, no sabía nada. Rita Maestre también me dijo que la tenía para lo que la necesitara”. Ante estas palabras, Ana Rosa no se contenía y declaraba que está muy bien la empatía de los mencionados, pero que la gente que lo sabía lo tenía que haber parado. Además, según comentaba Mouliáa, muchos de los compañeros de partido de Errejón decían que era un baboso. A lo que Ana Rosa Quintana añadía contundente: “Si tengo un compañero que sé que es un baboso, le pongo atención y, sobre todo, no le pongo de portavoz”.
Mouliáa se defiende ante los incrédulos
Para finalizar la conexión, la actriz respondía al escrito presentado por Errejón esta semana y decía que la elección de su abogada no era a mala fe y que la escogió porque es de las mejores en cuestiones de violencia de género. Seguía respondiendo a las palabras del expolítico diciendo: “Todo lo que digo es real, otra cosa es que no pueda demostrar con un parte médico lo que me hizo”. La actriz ha reconocido que desde la presentación de su denuncia está recibiendo un “linchamiento mediático” por todos aquellos que no la creen.
Errejón acusa a de "mala fe" la actuación de la demandante
Desde la denuncia al exportavoz de Sumar por un suceso ocurrido en septiembre de 2021, Mouliáa ha estado en el punto de mira de los medios de comunicación, siguiendo sus pasos hacia los juzgados de Plaza Castilla y más recientemente, hacia el hospital. Entró visiblemente afectada al centro de salud y al borde las lágrimas, según los reporteros que allí se encontraban. “No puedo, de verdad, hablad con mi abogada” decía a su salida la actriz y añadía: “No me encuentro bien”, según publica La Razón.
Íñigo Errejón presentó esta semana un escrito ante la Audiencia Provincial de Madrid, en el que ha catalogado de “fraude de ley”, la actuación de Mouliáa, así lo detalla el escrito: “Busca generar y provocar, a propósito, dilaciones indebidas, en un proceso de esta envergadura mediática y pública, alargando la pena de banquillo”. De esta manera, apelaba el daño a su imagen pública durante un proceso indeterminado de tiempo y señalaba que es un acto de “mala fe” con estas palabras: “La mala fe es indudable y el abuso de derecho, indiscutible”.