La participación de Israel en el Festival de Eurovisión 2025 se ha convertido prácticamente en asunto de Estado. Después de que España fuese pionera en solicitar a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) un debate al respecto, las televisiones públicas de Eslovenia e Irlanda, así como la ministra de Exteriores de Islandia, se han sumado. Ya son cuatro voces oficiales las que consideran que, como mínimo, se debería entablar conversaciones para valorar su presencia.
Durante décadas, los fieles seguidores del certamen intentaron hacer ver que el argumento "Eurovisión es política" carecía de veracidad. Sin embargo, ya es del todo imposible desligar ambos términos. La influencia de la geopolítica pasó de ostentar un segundo plano hasta alcanzar un rol tan protagonista como las propias canciones. Y el conflicto que se vive entre Israel y Hamás evidenció las 'vergüenzas' de la trastienda.
España pidió oficialmente debatir sobre la participación de Israel
Fue el pasado mes de abril cuando Radio Televisión Española (RTVE) envió una carta a la UER solicitando "la apertura de un debate" sobre la participación de Israel en Eurovisión. En calidad de presidente de la Corporación, José Pablo López transmitió al organismo las "preocupaciones planteadas por diversos grupos de la sociedad civil en España con respecto a la situación en Gaza".
En nuestro país, el debate alrededor del conflicto en Oriente Medio quedó completamente politizado ya en la edición de 2024. Diferentes figuras ligadas a la derecha más extrema del arco parlamentario incluso presumieron de haber votado a Israel, provocando que el televoto español le otorgase los 12 puntos. RTVE supo canalizar todas las solicitudes, instando a que la UER se pronunciase de algún modo.
¿Cuál fue la primera respuesta de la UER?
Tras recibir la carta abierta de RTVE, el organismo europeo respondió agradeciendo el compromiso de España con Eurovisión. "Ha subrayado que es consciente de que 'existen preocupaciones y opiniones profundamente arraigadas' en torno al conflicto en Oriente Próximo", aseguró nuestra Corporación en un comunicado de prensa oficial. También se dejó constancia en esa respuesta de la UER que "todos los miembros de la UER son elegibles para competir" en Eurovisión, manteniendo el contacto con las emisoras participantes.
Eslovenia e Islandia se sumaron primero a la petición. Ahora, Irlanda
Ya no solo España pidió un debate, Eslovenia rubricó sus peticiones elevadas en la edición anterior. "Vuelvo a pedir que se aclare por qué algunos son más iguales que otros. Por supuesto, me refiero al trato desigual que reciben Rusia e Israel", aseguró Ksenia Horvat, directora de la televisión pública del país centroeuropeo.
A colación de esta comunicación oficial, Katrin Gunnarsdóttir, Ministra de Asuntos Exteriores de Islandia, alzó el pulso. "Los rusos no participan ahora y todos conocen el motivo. [...] Esta es una decisión que debe tomar la UER", aseguró. Y no fue la única voz que iba a elevarse antes de Eurovisión.
La última televisión pública en solicitar un debate es la irlandesa RTÉ. "Somos conscientes de las obligaciones de RTÉ como proveedor independiente e imparcial de noticias y actualidad de servicio público, y de la necesidad de mantener la objetividad de RTÉ en la cobertura de la guerra en Gaza. También somos muy conscientes de la fuerte presión política que el gobierno israelí ejerce sobre la emisora pública israelí", ha asegurado el director general, Kevin Backhurst.
La conclusión es que no hay conclusión
Eurovisión siempre fue mucho más que un sencillo festival musical. La geopolítica llegó para instalarse a su alrededor hasta el punto de convertirse en el altavoz de los bandos que conforman una afrenta, como es el caso del conflicto en Oriente Medio. Aunque España, Eslovenia, Islandia e Irlanda hayan pedido un debate sobre la participación de Israel, nada apunta a una hipotética expulsión. En caso de que así fuera, los problemas en la diplomacia escalarían hasta tomar tintes nada alentadores.