El papa Francisco fallecía este lunes, 21 de abril, a los 88 años tras sufrir un ictus cerebral. A la espera de la celebración del cónclave, las dudas y teorías sobre su sucesión cada vez son más abultadas. La decisión sobre quién será el nuevo máximo líder de la Iglesia Católica está plagada de intereses en el seno de la Institución, ya que además el rumbo de esta en los próximos años estará marcado por el corte del nuevo pontífice. Tras doce años de rupturismo y cierta modernización, que condujeron a que Bergoglio se ganara multitud de detractores, está en juego poder mantener esta línea o que se vire hacia el conservadurismo. En los distintos programas se empiezan a hacer quinielas sobre quién será el nuevo Papa entre los 135 cardenales electores de distintas partes del mundo. Este miércoles, El Hormiguero trataba este asunto cuando una de sus hormigas hacía un chiste racista con el que Pablo Motos no se contenía la risa.

El presentador abría el debate en la mesa de actualidad junto a Juan del Val, Rosa Belmonte y María Dabán, y con la presencia de Rubén Amón desde Roma. Entre todos analizaron el legado que Jorge Mario Bergoglio ha dejado desde el año 2013, cuando la fumata blanca apareció en El Vaticano por última vez. Posteriormente, el programa expuso el nombre de algunos de los principales candidatos, prestando especial atención a dos de ellos: Ambongo Besungu, cardenal de Kinsasa, y Peter Turkson, de Ghana. Si uno de ellos fuera escogido en el Cónclave, se convertiría en el primer Papa negro de la historia

"Dentro de lo políticamente incorrecto, repito una pregunta que he oído seis o siete veces en los bares y tal. ¿Hay posibilidades de un papa negro?", preguntaba Pablo Motos. Ante lo que aparentemente parecía una pregunta inocente, Barrancas decidía bromear con un chiste un tanto desafortunado: "Un papito". Consciente de lo que acababa de pasar, el presentador se llevó las manos a la cabeza, tapándose la cara, y, entre risas, reaccionaba: "Yo no puedo con él. Cuando está uno en el momento más delicado, llega el otro y te empuja directamente al precipicio".

Desde Roma, Amón intentaba reconducir el debate: "La lista de papables es tan larga que no se puede hablar de favoritos. Hay 15 favoritos, y entre ellos hay estos dos. Los dos son negros, y los dos supondrían un giro hacia África".

Los cardenales más “papables”

En los próximos días se celebrará el Cónclave en el que se elegirá al 267 Papa de la Iglesia católica. El Colegio Cardenalicio lo forman 252 cardenales de los cuales 117 son no electores por ser mayores de 80 años, por lo que 135 son 'papables'. Del total de cardenales electores, el 80% (108) han sido creados por el Papa Francisco, 22 por Benedicto XVI y cinco por Juan Pablo II.

Entre los nombres que han comenzado a sonar con más fuerza figura el tridente más crítico con el actual pontífice: el cardenal guineano Robert Sarah (79 años), el alemán Gerhard Ludwig Müller y el estadounidense Raymond Leo Burke (76). Todos ellos estuvieron al frente de algunos de los dicasterios más relevantes de la Curia vaticana: Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Doctrina de la Fe y el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, respectivamente.

En el caso de Burke, muy bien valorado por los sectores más conservadores del catolicismo estadounidense, no sería el único nombre que entusiasma a estas corrientes. También se contempla con simpatía a figuras como Anders Arborelius (75), primer cardenal sueco, nacido en Suiza; el húngaro Péter Erdő (72), quien encarna el perfil más cercano, en lo intelectual, a Benedicto XVI; o el neerlandés Willem Eijk (71), arzobispo de Utrecht y con formación médica.

Los nombres que suenan con mayor fuerza para suceder a Francisco se sitúan en una línea continuista: Matteo Zuppi (69), Pietro Parolin (70) y Luis Antonio Tagle (67). Los dos primeros, italianos, y el tercero, filipino, representaban ya durante este pontificado una posible vía de relevo. Tagle, en particular, fue durante años visto como el delfín natural del Papa argentino. Su perfil, marcado por el arraigo en las periferias —tanto geográficas como sociales—, conectaría con el espíritu de este pontificado, aunque su discutida gestión al frente de Caritas Internationalis habría lastrado sus opciones en los últimos tiempos.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio