Tratando de tomarse con humor los desorbitados precios que se piden a día de hoy por minúsculos espacios, Dani Mateo ironizaba con el hecho de por casi 1.000 euros al mes, lo que viene siendo prácticamente la remuneración completa del salario mínimo, el inquilino no pueda, por ejemplo, ponerse de pie debido a los bajos techos de una buhardilla. Así, hacía broma diciendo que lo que habría sentirse es agradecido por practicar la flexibilidad de las lumbares o afortunado por estar más saludable al no salir a tomar cervezas debido a que gran parte del salario va dedicado a poder tener un lugar donde dormir.
El mercado inmobiliario, una de las mayores problemáticas a día de hoy, que no termina de encontrar soluciones efectivas que solventen una situación que lastra enormemente la vida de familias y jóvenes, complicando mucho el desarrollo de proyectos de vida. Por ello, la sección que desarrolló el cómico en el programa giró en torno a algunas de las ideas más peculiares presentadas para tratar de regular este asunto.
Dani Mateo trajo consigo propuestas de todo tipo que evidenciaban también que este es un problema mundial. Empezando, por ejemplo, por Rusia donde para encontrar un precio más bajo se hacía una regla de tres reduciendo el espacio, es decir, viviendas de un metro cuadrado donde el inquilino podría dormir en el plato de ducha y usar la base del váter como almohada; o viajando hasta Hong Kong, lugar en el que prestaron gran atención al reciclaje y reutilizaron tubos de hormigón que sobraron de distintas obras para convertir cada uno de ellos en una vivienda, un tanto estrechas también.
Ideas de espacios minúsculos a parte, el humorista quiso rememorar una de las propuestas que Alberto Núñez Feijóo realizó en el mes de febrero, cuando consideró que la solución pasaba por encontrar modelos de construcción más sostenibles, para lo que sugirió que las viviendas pasaran a estar construidas de madera. Un planteamiento que basó en el abataramiento de costes y reducción del tiempo de obra, subrayando que esta fórmula permitiría conseguir que la vivienda sea "más barata, más rápida en su construcción y más sostenible en el tiempo". Así, pidió apoyo a los bancos para financiar más la construcción de casas de madera.
Edificaciones más ágiles, menor coste y mayor relación con la naturaleza, elementos que parecieron cuadrar a Dani Mateo hasta que se paró a pensar en la posibilidad de que viniera a soplar el gran lobo feroz, pudiendo ser este, por ejemplo, un temporal.
Situación del mercado de la vivienda
La tasadora Tinsa presentó en mayo un índice que evidenciaba una subida en el precio medio de la vivienda del 9,9% respecto al mismo mes del 2024. Un crecimiento que se mostraba sostenido en todas las regiones, aunque el alza es especialmente intenso en los archipiélagos, las capitales y las grandes ciudades. Destaca especialmente que en las islas, los precios han escalado un 15,5% interanual, situándose en máximos históricos en términos nominales, es decir, sin descontar el efecto de la inflación. En las grandes urbes, el incremento anual alcanza el 10,5%, mientras que en la costa mediterránea se sitúa en el 9,6%.
Uno de los principales motivos de este encarecimiento en las islas y los centros urbanos reside en la falta de espacio, lo cual provoca este acusado tensionamiento. Una falta de vivienda y una demanda que no disminuye, por lo que este es otro factor que provoca la subida de precios. De esta manera, existe un déficit habitacional generado desde el año 2021 se sitúa en torno a las 500.000 viviendas. Un gran problema ya que a la demanda española se suma la extranjera, pues cada son más los que quieren adquirir una vivienda en nuestro país, añadiendo, así, más elementos a un mercado muy difícil.