Victor Ambros y Gary Ruvkun han sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina 2024 por su descubrimiento de los microARN, pequeñas moléculas de ARN que juegan un papel crucial en la regulación genética. Este hallazgo ha transformado nuestra comprensión de la biología celular y ha marcado un hito en la ciencia médica. La Real Academia Sueca de las Ciencias ha resaltado la importancia de los microARN, describiéndolos como "fundamentalmente importantes para el desarrollo y el funcionamiento de los organismos".

Ambros y Ruvkun, ambos estadounidenses y nacidos en 1953 y 1952 respectivamente, se centraron inicialmente en cómo se desarrollan los diferentes tipos de células. Su descubrimiento reveló un nuevo mecanismo de regulación genética esencial para los seres multicelulares, ampliando significativamente nuestra comprensión del genoma humano, que ahora se sabe, codifica más de mil microARN.

El descubrimiento del microARN, crucial para la genética

Durante los años 1980, ambos científicos trabajaron como becarios postdoctorales en el laboratorio de Robert Horvitz, Premio Nobel en 2002. Allí, estudiaron el gusano C. elegans, un modelo que, a pesar de su minúsculo tamaño, posee una variedad de células especializadas similar a organismos más grandes. Este entorno fue clave para que Ambros y Ruvkun exploraran los genes que controlan la activación de diferentes programas genéticos, asegurando que varios tipos de células se desarrollen en el momento adecuado.

Ambros, en su laboratorio en la Universidad de Harvard, y Ruvkun, en el Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, continuaron sus investigaciones sobre cómo se regula el gen lin-14 por lin-4, descubriendo que la regulación ocurre en una etapa posterior del proceso de expresión génica, a través del cese de la producción de proteínas. Este hallazgo llevó a la identificación de un nuevo principio de regulación genética mediado por un tipo de ARN previamente desconocido, el microARN.

Sus resultados, publicados en 1993, inicialmente fueron vistos como una curiosidad limitada a C. elegans. Sin embargo, la percepción cambió radicalmente en el año 2000 cuando el grupo de Ruvkun descubrió otro microARN, codificado por el gen let-7, presente en todo el reino animal. Este descubrimiento despertó un gran interés y llevó a la identificación de cientos de microARN en los años siguientes.

Hoy en día, la investigación sobre microARN ha esclarecido no solo su presencia universal entre los organismos multicelulares, sino también los mecanismos de producción y transporte a secuencias diana complementarias en los ARNm regulados. Este avance no solo ha ampliado nuestra comprensión de la biología molecular sino que también ha abierto nuevas vías en el estudio de enfermedades y en el desarrollo de terapias genéticas.